El refugio de Patricia Galatas en la sierra de Madrid
Desde su casa, en la sierra madrileña, PATRICIA GALATAS nos relata el cambio en su vida que la llevó a buscar de nuevo el rumbo a través de viajes donde surgió su marca, PatiG.
Aveces, la pasión es lo único que hace falta para combatir los golpes de la vida y salir a fote. Esto mismo le ocurrió a la diseñadora Patricia Galatas, que hoy nos recibe en la casa de sus abuelos en plena sierra de Madrid. Sentada sobre un sofá tapizado en color rosa, Patricia se remonta a sus inicios con la tienda multimarca A Quemarropa; una etapa a la que tuvo que poner fn para retomar el rumbo de su vida tras sufrir la muerte de su marido en 2011. Ese mismo año decidió viajar a lugares tan recónditos como Cuixmala (México), Los Ángeles, Italia o Brasil de donde extrajo el jugo de sus dos pasiones: el yoga y la moda. «El yoga para mí ha sido como un salvavidas, cuando lo practicaba, mis sentimientos afloraban y sentía que me sanaba», reflexiona. En cada uno de los destinos encontró la inspiración necesaria para crear su propia marca, PatiG, una frma que engloba toda su historia con una variedad de diseños nacidos en cada uno de los lugares como camisetas, bolsos, almohadones bordados a mano o chaquetas vintage con el icono de una serie de animales que representan una determinada flosofía. El entusiasmo por los viajes también lo compartieron sus abuelos, que hicieron de la casa de campo una mezcla de diferentes estilos con piezas que esconden su historia, de la misma manera que las prendas de la colección; disponibles en la web patigdream.com a la que la diseñadora dedica su tiempo cada día, además de llevar a cabo sus rutinas que le hacen empezar el día con buen pie. «Cada mañana después de mi práctica de yoga, medito y escribo un journal. Doy gracias a la vida, porque esta te quita pero también te da».