LA MODA (Y LA FIESTA) ERA ÉL
El ilustrador puertorriqueño ANTONIO LÓPEZ descubrió a Jerry Hall y Pat Cleveland, reinó en las fiestas del Nueva York de los 70 y revolucionó la moda para siempre. Un documental recorre ahora su vida.
JERRY HALL, Jessica Lange, Pat Cleveland, Donna Summer, Grace Jones… Todas se enamoraron de Antonio López. Algunas hasta llegar a perder la cabeza, como confesaría después Hall, que entonces era una adolescente –y alguna más–. El ilustrador Antonio López (Puerto Rico 1943-Nueva York, 1995) fue uno de esos personajes que marcan una época sin que nadie sea demasiado consciente de ello en su momento. Se codeó con lo más granado de la moda de los años 70 y, sobre todo, fue dinamizador del ambiente más under- ground y creativo del NuevaYork de aquella época del Studio 54, la Factory de Warhol y del paso de la moda tradicional entendida como alta costura de la posguerra al prêt-à-porter y el pre-street style que revolucionó la industria. Ese tipo de personaje que estaba en todas partes y sin el cual todo habría sido diferente. No sabemos muy bien cómo, pero indudablemente distinto. «Antonio era muy caliente –Pat Cleveland (Nueva York, 1950) dice esta palabra en castellano al otro lado del teléfono, desde su casa en la Gran Manzana–.Tenía una
«A
belleza especial, transmitía algo salvaje, natural, sexy, era como una criatura recién salida de la selva, con un look totalmente atípico. Se movía como un cachorro de pantera en la jungla de Manhattan, donde nos encontró a todos y nos hizo formar parte de su sueño», continúa. Fue ilustrador que publicó en las grandes revistas del momento –incluida Harper’s Bazaar– pero fue mucho más. «Él creció al mismo tiempo que otros muchos aspectos de la sociedad, cuando fue naciendo esa especie de cultura nueva en la que la moda empezó a ensancharse y a incluir a más gente, a asociarse con el mundo del arte, la música, la performance. Sin él la moda habría estado muerta en aquella época», declara la modelo a quien él descubrió, icono para las tops afroamericanas que vinieron después. Célebres fueron sus noches en París, durante un viaje que realizaron juntos. «Nos quedábamos en un apartamento diminuto que nos prestaba Karl Lagerfeld, en la rue Bonaparte. Salíamos cada noche y dedicábamos mucho tiempo a vestirnos. Llevábamos unos looks fabulosos y éramos conocidos en ciertos ambientes como esa pandilla de americanos muy metidos en el mundo de la moda». Uno de los asuntos que se abordan en el documental Antonio Lopez 1970: Sex Fashion & Disco es precisamente esa relación con el Káiser. Su director, James Crump, tiene su versión. «Creo que tuvo que ver con la personalidad de Karl, siempre cambiante, continuamente buscando lo próximo. Se enriqueció haciendo cosas con Antonio pero se le pasó pronto», cuenta sin dar detalles, cosa que tampoco hace en el documental (parece ser que cuando contrajo el sida, el diseñador no estuvo muy a la altura de la ayuda que esperaba López). Además de sus musas, aparecen en la película periodistas, editoras de moda, artistas y el fotógrafo Bill Cunningham, auténtico cronista de las calles neoyorquinas desde los 70 hasta que falleciera, hace apenas dos años, que ofrece testimonios emocionantes hasta las lágrimas sobre el ilustrador. «Lo más interesante de Antonio es que todo lo que hacía era por puro placer, nunca por dinero. Su motor era hacer algo bonito que nadie hubiera hecho
ntes la moda era llevar algo que nunca se hubiera puesto nadie. Ahora es precisamente comprar lo que hacen las grandes marcas para que las vista todo el mundo» PAT CLEVELAND
antes. Ahora a los diseñadores se les pide que hagan algo grande en poco tiempo, los llevan al límite para obtener beneficios y después se van a otra marca. Antonio y su tropa se movían para hacer algo radical que cambiara las cosas, rompiera con el statu quo», explica Crump. Pat Cleveland añade algo más: «Antes la moda era llevar algo que nunca se hubiera puesto nadie. Ahora es precisamente comprar lo que hacen las grandes marcas para que las vista todo el mundo».