La USJ se consolida y crece
La nueva Facultad de Medicina que proyecta la Universidad San Jorge puede contribuir a paliar la falta de médicos que aqueja al sistema sanitario aragonés
Cómo cambian los tiempos! Los hubo en los que el Gobierno de Aragón entonces al mando no veía clara la conveniencia de autorizar el proyecto de una nueva Universidad privada en nuestra tierra que pretendía instituir la Fundación San Valero. Todo eran pegas, recelos, dilaciones y dificultades; sin embargo, ahora es la floreciente y exitosa Universidad San Jorge (USJ) la que sale en ayuda del Gobierno de Aragón y de la sociedad aragonesa anunciando la implantación de una nueva Facultad de Medicina en su campus de Villanueva de Gállego, para poner remedio a la carencia de profesionales de la medicina que se prevé en un futuro próximo, según manifestó el propio señor Lambán en el acto de apertura del nuevo curso de la joven universidad. Y que apeló al apoyo y complicidad de las universidades pública y privada como «clave» para el proyecto común de la Comunidad. Bienvenidos sean estos nuevos tiempos en que el sentido común y la libertad de emprendimiento se han impuesto a la intolerancia.
Pero aún le queda un largo recorrido al nuevo proyecto universitario para ver en pleno funcionamiento la nueva Facultad de Medicina. Porque una vez presentada la oportuna solicitud ante la Dirección General de Universidades del Gobierno aragonés, debe este emitir un informe para determinar si es favorable o no. Será también necesaria una verificación del plan de estudios por parte del Consejo de Universidades, así como otra verificación por la Agencia
de Calidad y Prospectiva Universitaria de Aragón. Y luego, un informe de necesidades y viabilidad por parte del Ejecutivo autonómico, previo a que la iniciativa de la USJ llegue al Consejo de Universidades, que tendrá también que pronunciarse. Y no ha de faltar que el expediente pase por una comisión mixta con Sanidad al tratarse de un programa de estudios sanitarios. Con tanto organismo, con tanta cautela, con tanta intervención, dicen, el proceso puede tardar dos años. ¿Es necesario tanto tiempo y tanto papeleo? ¿No se podría simplificar? En este país nos pierde una burocracia abracadabrante. Y en casos como este, en los que puede apreciarse cierta urgencia por dotar de médicos a una sociedad que los va a necesitar, no estaría mal que en estos procesos, sin perder ninguna de las garantías reglamentarias, todo el mundo se pusiera las pilas y tratara de acelerar los trámites en aras de una pronta decisión y autorización definitiva.
En cualquier caso, hay que felicitar una vez más a la Universidad San Jorge por una iniciativa tan oportuna como es ésta de ofrecer al ámbito universitario aragonés la posibilidad de contar con una nueva facultad de Medicina, que va a completar las diferentes titulaciones que en el área de las ciencias de la salud ofrece esta joven universidad por la que siempre hemos apostado.