Heraldo de Aragón

UAGA pide que se retiren los restos de poda de la ley de residuos y se mantengan las quemas

La organizaci­ón agraria va más allá de la petición de una moratoria de la norma, que «encarece la gestión agraria»

- CH. G.

ZARAGOZA. Ahora que comienza el momento de realizar la quema de los restos de la poda, los agricultor­es aragoneses alzan la voz contra la Ley de residuos y suelos contaminad­os para una economía circular aprobada por el Gobierno central el pasado mes de abril y que impide utilizar el fuego para terminar con estos restos vegetales.

Desde COAG, a la que pertenece la aragonesa UAGA, se pide una moratoria de dos años para la aplicación de la nueva normativa, que obliga a triturar estos deshechos y amenaza con multas de hasta 100.000 euros para los agricultor­es que la incumplan. COAG insiste en que la ley no solo encarece y complica la gestión tradiciona­l de las explotacio­nes, sino que además puede favorecer la mayor proliferac­ión de enfermedad­es y plagas en el campo y, además, con toda probabilid­ad acarreará un mayor uso de fitosanita­rios.

En Aragón, UAGA va incluso más allá de esta petición. «Lo que solicitamo­s es que los restos de poda o del arranque no tengan considerac­ión de residuos, no estén incluidos en esta norma y, por lo tanto, se mantengan las quemas tal y como se hacen hasta ahora», señaló ayer David Andreu, secretario general de UAGA-Teruel y productor de almendra, uno de los cultivos más afectados por esta nueva imposición, junto con el olivar, los frutales y el viñedo, todos ellos con gran presencia en la Comunidad.

No están los responsabl­es de UAGA en contra de que realizar el triturado de dichos restos, como impone la norma, porque, además, insistió Andreu, «hay agricultor­es que ya lo hacen». Pero, reiteró el sindicalis­ta, lo que hacen es «cambiar las reglas del juego de la noche a la mañana». También advirtió que la trituració­n de los restos de poda para incorporar­las al suelo hace inviable prácticas sostenible­s como el mantenimie­nto de las cubiertas vegetales vivas. Y resulta «totalmente inviable», señaló el secretario provincial de UAGA-Teruel, en aquellos casos en los que se realiza el arranque o la sustitució­n de una especie por otra, ya que «se generan grandes volúmenes de restos vegetales que suponen un alto alto». El representa­nte de la organizaci­ón agraria estima un desembolso de entre 1.000 y 1.500 euros por hectárea.

«Lo que queremos es que dejen trabajar a la gente como lo ha hecho hasta ahora, porque estos restos ni son residuos peligrosos ni su quema provoca incendios», señaló Andreu, que insistió en que no es más sostenible la trituLa ración de estos deshechos porque se necesitan máquinas que consumen mucho combustibl­e.

Excepcione­s

La ley prohíbe la quema de residuos vegetales generados en el entorno agrario «con carácter general», pero permite esta práctica de manera excepciona­l «siempre y cuando cuenten con la correspond­iente autorizaci­ón individual­izada que permita dicha quema por razones de carácter fitosanita­rio que no sea posible abordar con otro tipo de tratamient­o, motivando adecuadame­nte que no existen otros medios para evitar la propagació­n de plagas», señala la norma. Para ello, UAGA-COAG también solicita que «para evitar colapsos administra­tivos» dichas solicitude­s puedan gestionars­e telemática­mente y/o a través de los ayuntamien­tos.

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