El poder del mapa
Una exposición en la Aljafería del Instituto Geográfico de Aragón nos recuerda la trascendental importancia de la geografía y de los mapas para el progreso de la sociedad
En ‘El hundimiento’ (2004), Hirschbiegel relata los últimos días del Tercer Reich. Una de las escenas más virales es la que refleja a un enfurecido Adolf Hitler abroncando a los altos mandos de su secretaría. Esta es una constante que se repitió en los últimos años de la Guerra como consecuencia de diversos factores. De entre ellos destaco el cartográfico, vinculado con la logística, la táctica y la estrategia en los frentes de guerra.
Tras el fracaso de la Operación Barbarroja, la Wehrmacht quedó empantanada en una sangrienta guerra de desgaste a la que los alemanes no estuvieron preparados. La falta de información fiable sobre el número de divisiones, armamento y ubicación, producto de la escasa labor de la Abwehr alemana, se unió a la vastedad geográfica que permitía que los mandos del Ejército Rojo preparasen maniobras en centenas de kilómetros sin estar limitados por espacios geográficos reducidos. Hitler dudó de sus mandos militares. Quería un mapa del frente, trinchera a trinchera. Algo impensable ya en esos momentos de la contienda.
El dictador tomó decisiones de carácter técnico sin ser oficial profesional a más de 4.000 km de distancia del frente oriental, desoyendo a sus asesores experimentados. Los constantes cambios de pensace miento de Hitler sobre los objetivos terminaron de trastornar a sus mandos militares. De hecho, retiró a oficiales competentes como Guderian en campañas importantes. El resultado final, ya lo conocemos con documentos gráficos como el lanzamiento desde el aire de grasa pura a los soldados alemanes para que resistieran.
El poder y la seguridad que ofrela información geográfica a través de un mapa se muestra una vez más reflejado en este hecho histórico. El mapa como gran colector de información en la sociedad actual es clave para la toma de decisiones de cualquier agente público y privado. Hoy está en la vida diaria de cualquier habitante del mundo. En los medios de comunicación, en los dispositivos móviles. Y, hasta el 15 de diciembre, en la gran muestra expositiva que ha preparado el Instituto Geográfico de Aragón en el palacio de la Aljafería. Mapas originales que muestran el poder civil, militar y eclesiástico desde el siglo XVII. Labaña, Dufour, Janssonius, entre otros, nos describen el Aragón de ayer y nos transportan al Aragón de hoy, a través de instrumentos que demuestran la importancia en el patrimonio educativo y herramientas que explotan la geografía de Aragón a través de las tecnologías de la información geográfica.
Un lujo que no puede perderse el gran público. Ni los más jóvenes, que pueden aprender jugando conceptos sobre relieve usando una caja de arena. Ni los mayores, que pueden observar cómo ha cambiado el paisaje aragonés en el último medio siglo. Esta es una muestra más de la virtud que tiene la Geografía. Una ciencia, a día de hoy, enterrada en el currículo educativo aragonés. Un currículo que deja en fuera de juego el contenido geográfico. Un currículo que aleja, curso tras curso, al alumnado aragonés del siglo XXI del arraigo al territorio, a través del conocimiento de la Geografía y de todo lo que la relaciona; su paisaje, su gente y su tradición.
Formar a nuestras generaciones en conocimiento geográfico es decisivo para cualquier decisión estratégica. Porque como ensalzaba Jovellanos hace más de dos siglos, el «mapa, sin cuya luz, la política no formará un cálculo sin error, no concebirá un plan sin desacierto, no dará sin tropiezo un solo paso, sin cuya dirección la economía más prudente no podrá, sin riesgos, desperdiciar sus fondos o malograr sus fines, emprender la navegación de un río, abrir un canal de riego, la construcción de un camino o de un nuevo puerto, ni cualquier otro de aquellos designios que arrienda la fuente de la riqueza pública, hacen florecer las provincias y aumentar el verdadero esplendor de las naciones».
«El mapa como gran colector de información en la sociedad actual es clave para la toma de decisiones de cualquier agente»