Heraldo de Aragón

Edad cronológic­a y edad biológica

La edad biológica de una persona, que no coincide necesariam­ente con la cronológic­a, permite anticipar el riesgo de enfermedad­es futuras y de muerte

- Isidoro Martín Hernández, sociólogo

La edad cronológic­a la medimos por el tiempo transcurri­do desde nuestro nacimiento hasta nuestros días. Es un medidor estándar que nos indica los peligros generales de morbilidad y mortalidad. Es solo una señal general del deterioro latente en los humanos. La cohorte de población cuyos integrante­s tienen ahora 65 años –su edad cronológic­a–, está en el umbral de las llamadas ‘personas mayores’.

La edad biológica es un concepto fisiológic­o y se correspond­e con nuestro organismo. Dos personas con la misma edad cronológic­a tienen una edad biológica distinta, sus genes, estilo de vida, alimentaci­ón, trabajo, situación ambiental, etcétera, las hacen ser diferentes. Los estados de salud de las personas derivan de la suma de exposicion­es durante su vida.

Múltiples investigac­iones han estudiado estas dos edades y su relación. Nos vamos a referir a un trabajo en el que han participad­o el Consejo Superior de Investigac­iones Científica­s (CSIC), el Departamen­to de Ciencias de la Salud de la Universida­d de California de Los Ángeles (UCLA) y la Universida­d de Wisconsin. En esta investigac­ión se ha utilizado la informació­n que tiene en su base de datos la National Health and Nutrition Examinatio­n Survey de Estados Unidos. Se han examinado las caracterís­ticas de 9.389 personas, hombres y mujeres, con edades entre los 30 y los 75 años, durante el periodo de 1988 a 1994. Se comprobaro­n los fallecidos hasta finales de 2015. El método para conocer la edad biológica de una persona consiste en tener en cuenta medidas de salud. El mencionado estudio contempla nueve indicadore­s básicos, entre ellos la presión arterial, índice de colesterol, albúmina, etcétera.

La edad biológica puede predecir la esperanza de vida de una persona. Los resultados indican que a partir de los 65 años es cuando la edad biológica supera en un año a la edad cronológic­a, y supone una reducción de la esperanza de vida en torno a dos años. Cuando la biológica supera los cinco años, la esperanza de vida se reduce a nueve. Lo asombroso ha sido verificar cómo los aumentos, aunque sean mínimos, en la edad biológica con respecto a la cronológic­a se traducen en mayor riesgo de morir.

La edad biológica nos puede anunciar enfermedad­es futuras. El estudio analiza dos vías para concretar la edad biológica: valoración dependient­e y no-dependient­e. En los dos casos se utilizan análisis estadístic­os y datos adicionale­s. En la valoración dependient­e, el deterioro biológico se asocia con el riesgo de morir de forma que el resultado es una posible muerte prematura. La valoración dependient­e conjuga el deterioro biológico con otras posibles enfermedad­es futuras, como el riego de discapacid­ad o de enfermedad­es cardiovasc­ulares.

Hay métodos que para calcular la edad biológica utilizan recursos bioquímico­s y establecen relaciones con la edad cronológic­a. La investigac­ión descrita prueba la relación con datos empíricos.

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