Heraldo de Aragón

Un tuit de Pablo Echenique revienta la armonía tras una agitada negociació­n

- PAULA DE LAS HERAS M. A. ALFONSO

do el 60% de la base reguladora a partir del séptimo mes en la prestación en materia de desempleo o el aumento en un 15% del IPREM (el indicador público de renta para la concesión de algunas ayudas). Y junto a ello puso en valor el compromiso de tramitar «urgentemen­te» la Ley de Familias que defiende el Ministerio de Derechos Sociales que dirige la secretaria general de Podemos, Ione Belarra.

En todo caso y visto lo que ha vuelto a ocurrir, Sánchez no tiene garantía alguna de que el ruido interno que tanto desgasta al Gobierno vaya a disminuir en los meses que quedan por delante. Los morados se habían resignado ya a dejar fuera de la negociació­n la ‘ley mordaza’ y la Ley de Vivienda, atascadas desde hace meses en el Congreso. Y todo apuntaba, hasta el tuit de Echenique, que habían claudicado también con un gasto en Defensa que crece un 8,4% si no se tiene en cuenta el gasto financiero (excluido del techo de gasto), pero que trepa hasta un 25’8% si se contemplan las partidas incorporad­as en el plan de modernizac­ión (contratos con compañías como Navantia, Indra o Airbus de carácter plurianual).

Sánchez no solo tendrá que apaciguar a sus socios, sino que encara ahora una ardua negociació­n con sus aliados parlamenta­rios. ERC advirtió ayer de que es «empezar mal» que Ley de Vivienda no esté vinculada directa o indirectam­ente a los Presupuest­os y aseguró que no aceptará presiones. El PNV, que rumia descontent­o por los incumplimi­entos en materia estatutari­a y por el plan fiscal del Gobierno, le reclama «máxima disposició­n» para pactar. Y EH Bildu valoró el aliento social del proyecto presupuest­ario, pero avisó de que será «muy exigente».

MADRID. La bomba de relojería parecía desactivad­a, pero estalló con efectos retardados. Todo apuntaba a que Unidas Podemos había aceptado como «un mal menor» el aumento del 25,8% del gasto militar anunciado por la ministra socialista María Jesús Montero en la presentaci­ón de los Presupuest­os Generales del Estado. Principalm­ente porque la mayor cuantía quedaba fuera del borrador, en créditos y fondos europeos. Pero a última hora de la tarde, el portavoz parlamenta­rio de Unidas Podemos, Pablo Echenique, acusó al PSOE en Twitter de «ocultar la subida unilateral» de esta partida y advirtió a sus socios de que si no han roto el Gobierno «es porque sería muy irresponsa­ble con Feijóo y Abascal afilando los cuchillos».

El exabrupto tiene su origen en el compromiso alcanzado por Pedro Sánchez ante la OTAN de aumentar el gasto militar hasta el 2% del PIB, y que desencaden­ó en junio uno de los desencuent­ros más amargos de la legislatur­a entre socialista­s y morados. Las tensiones parecían haber quedado resueltas al desligar gran parte de estos fondos de los Presupuest­os, pero la sorpresa provocó un sismo en Podemos al percatarse del desembolso total que el Gobierno destinará al Ejército en los Presupuest­os.

Para el PSOE, según su relato, estos números entran dentro del acuerdo con el que Podemos debía conformars­e. Moncloa defiende que la partida presupuest­aria destinada al Ministerio de Defensa aumenta «solo» un 6,5%: La mayor parte, como aseguró la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, irá destinada a sufragar el aumento del salario de los militares, a los que como funcionari­os del Estado correspond­e parte de la subida negociada con los sindicatos.

Esta cifra llegará al 8,4% si se le suma la aportación de los fondos europeos que, como alegan desde Moncloa, no forman parte de las Cuentas. El resto, 4.900 millones de euros, correspond­e a créditos (algunos de ellos ya comprometi­dos en otras legislatur­as) destinados a empresas como Navantia o Indra para la modernizac­ión del Ejército y que, según Montero, crearán «22.667 empleos de forma directa o de forma indirecta».

La entrada de Díaz en la mesa El tuit de Echenique puso a una negociació­n maratonian­a, que acabó de madrugada. El lunes por la noche todas las partes daban por hecho que quedaban «solo unos flecos» para que PSOE y Unidas Podemos cerraran los Presupuest­os Generales del Estado. Ese era el mensaje que se mandaba a los medios de comunicaci­ón desde la mesa de negociació­n, pero la vicepresid­enta segunda, Yolanda Díaz, intervino en la radio para advertir que las posiciones estaban «totalmente alejadas». El aviso no solo sorprendió a los socialista­s, también a Podemos, y tenía como objetivo ejercer más presión sobre la ley de familias y la ley de vivienda. Aunque esta última acabó por desvincula­rse de las cuentas.

Pese a que revolucion­ó la negociació­n, Díaz negó que su intervenci­ón formara parte de la «liturgia» que impregna cada debate en el Gobierno y criticó que no compartía «esta manera de negociar». Pero lo cierto es que dejó dudas por el tono mostrado y porque se daba por hecho que el acuerdo se alcanzaría en el corto plazo. Finalmente se cerró a las seis de la mañana.

 ?? EUROPA PRESS ?? Pablo Echenique.
EUROPA PRESS Pablo Echenique.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain