«Carece de fundamento afirmar que falta información de la PAC para programar las siembras»
● El consejero de Agricultura insiste en que el Plan Estratégico define «con suficientes garantías» el acceso a las ayudas
ZARAGOZA. Ante la preocupación que ha generado la tardanza del Ministerio de Agricultura en publicar los reglamentos que desarrollan los requisitos que establece la nueva PAC para planificar sus siembras, el consejero aragonés de Agricultura, Joaquín Olona, se muestra tajante. Afirma con contundencia que el Plan Estratégico Nacional, aprobado el pasado 31 de agosto, no solo garantiza el pago de las subvenciones en 2023, sino que además «aporta la información necesaria para programar las siembras de otoño con suficientes garantías y seguridad desde el punto de vista del acceso a las ayudas de la PAC», por lo que «afirmar lo contrario no solo carece de fundamento, sino que tan solo contribuye a generar confusión e incertidumbre donde no la hay», advierte.
Por ello, Olona hace un llamamiento a la responsabilidad «para no confundir a los agricultores», y dirige su mensaje «especialmente y por razones que deberían ser obvias», a quienes ostentan la condición de entidad colaboradora del Gobierno de Aragón en la gestión de la PAC.
Asegura Olona que la ayuda básica a la renta, la ayuda complementaria de carácter redistributivo y la destinada a los jóvenes «está perfectamente determinada», como lo están, dice el consejero, las ayudas asociadas, que suponen un aumento del 18%, o las ayudas agroambientales, las que van dirigidas a la agricultura ecológica así como la condicionalidad reforzada. En ellas, dice, no hay cambios sustanciales «y mucho menos en relación con las siembras de otoño». Y dónde hay cambios, los hay, dice el consejero, para mejorar la percepción de la ayuda para las zonas con pagos más bajos por hectárea (Teruel y las zonas mas áridas); para facilitar el acceso a los pastos para quienes llevan a cabo pastoreo efectivo con ganado propio; para ajustar (a mejor) las ayudas a las razas extensivas autóctonas –que pasarán a cobrar por cabeza en vez de por hectárea– e incrementar «significativamente» la extensión de la producción en ecológico.
«Otra cosa es la valoración que cada cual haga sobre las nuevas exigencias, pero eso no tiene nada que ver con la incertidumbre», insiste Olona, que reconoce que la principal novedad llega con los llamados ecorregímenes, que representan el 23% del importe de las ayudas directas «y que, «por cierto, se definen y aplican completamente al margen de los derechos históricos permitiendo el acceso automático a los pagos directos de la PAC de quienes no tienen derechos individuales, así como a los pagos por hectárea sin el condicionante de las referencias históricas», matiza. Pero también en este caso, las exigencias están «suficientemente definidas», reitera, para que los interesados puedan elegir libremente aquellos que más les convengan de cara a la siembra inminente de este otoño. Y, además, aunque estas ayudas son nuevas, no lo son las prácticas agronómicas exigibles, que «están ya muy extendidas en Aragón», afirma Olona, que enumera entre ellas la siembra directa, la agricultura de conservación, los barbechos, la rotación de cultivos herbáceos, las cubiertas vegetales en cultivos leñosos o las prácticas en favor de la biodiversidad. «Son todavía más generalizadas incluso las prácticas exigibles para el pastoreo sostenible y el bienestar animal», añade.
Actividad formativa
Por eso, para el consejero «no cabe hablar de indefinición ni de indeterminación para tomar las decisiones necesarias para sembrar», una sementera, reconoce Olona que, eso sí, se va a ver seriamente condicionadas por el elevado precio de los fertilizantes minerales, de los combustibles o de las semillas, además de por un escenario meteorológico ciertamente incierto. «Pero los agricultores no solo conocen bien, sino que aplican con extrema generosidad el refrán: ‘Si el labrador contara, no sembrará’», asegura.
Olona recuerda que además de la «detallada información hecha pública por el Ministerio», desde el propio Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente se está desplegando una intensa actividad informativa y divulgativa sobre las novedades que supone esta nueva PAC, «como muy bien saben los interesados y la entidades colaboradoras». Y eso aunque, deja claro Olona, «no es misión ni propósito del Departamento estudiar ni mucho menos asesorar sobre cómo acceder a las ayudas».
Insiste el consejero que con la nueva PAC los agricultores y ganaderos aragoneses «no pierden, sino que ganan», y aunque reconoce que no se ha logrado la completa supresión de los derechos históricos «que algunos tanto nos hemos esforzado en defender», lo que ahora proceder «no es buscar tres pies al gato, sino arrimar el hombro para lograr la máxima eficacia en su aplicación». Una Política Agraria Común que quizá no sea la que a cada uno le gustaría, pero «que se rige por unas reglas de juego perfectamente conocidas que estamos obligados a cumplir, que, en ningún caso, cabe cuestionar y que acaba con toda incertidumbre e indeterminación, al menos de cara a las próximas siembras», concluye.