Vuelven las quejas de los vecinos por el ruido de bares y terrazas en el barrio de San Lorenzo
● Han trasladado al alcalde escritos para que se cumpla la ordenanza y se han reunido con dos concejales para pedir soluciones antes de que llegue el verano
HUESCA. La Asociación de Vecinos del Barrio de San Lorenzo de Huesca ha solicitado al alcalde, Luis Felipe, que haga cumplir las ordenanzas municipales para que se rebaje el nivel de ruido que se produce a diario en esta zona. La queja es recurrente, ya que estas calles se concentran numerosos establecimientos de ocio nocturno, restaurantes y bares y en el que «las terrazas han proliferado desde la pandemia».
El gobierno municipal (PSOE) declinó realizar valoraciones al respecto de esta petición.
La asociación emitió ayer un comunicado para denunciar que lo que sucede en esta parte de la ciudad «no es admisible, pues supone una auténtica tortura diaria». Según dicen, muchos de los residentes sufren «serios problemas de salud» porque «el altísimo nivel de ruido impide descansar, abrir ventanas, teletrabajar, conversar o ver una película».
Los afectados manifiestan que esta situación no se produce solo el fin de semana, sino diariamente y en un amplio horario. Además del ruido, se producen otras circunstancias que aumentan el deterioro del barrio, como «peleas frecuentes, intimidación al vecindario, vandalismo y una cada vez mayor dejadez y abandono de las calles que son núcleo del ocio nocturno, donde ya hay más ruinas y solares que casas habitables».
Desde el barrio insisten en que hay que aplicar la normativa y piden al Ayuntamiento «que cumpla con su deber de control». Según explican, el ruido «creciente» se debe a que los locales de ocio nocturno están abiertos hasta las 7.00, y a ello se suma el barullo de las terrazas «desde el mediodía hasta la tarde y la noche, con niveles por encima de los 65 decibelios durante más de 12 horas consecutivas».
«Ausencia de policía»
La asociación señala que los vecinos se encuentran en «total indefensión». «A la completa ausencia de policía, nos responden que las mediciones de sonido no valen y que no tienen medios para acudir a la zona». Aseguran que esta situación se ha trasladado al alcalde mediante varios escritos y que se le solicitó una reunión que no se ha producido. «Sí tuvo lugar un encuentro con los concejales de Participación y de Seguridad Ciudadana, y tras cuatro meses no se ha dado respuesta alguna», explican.
Los vecinos manifiestan su temor de que este verano sea como el del año pasado: «Las altas temperaturas y el nivel de ruido conllevó un gran sufrimiento y la imposibilidad de llevar una vida normal en nuestras viviendas» .
Asimismo, indican que se están estudiando las medidas legales «frente a la dejadez municipal por el delito medioambiental que supone someter a la población a los actuales niveles sonoros que sufren muchas personas de este barrio».
Además, se han mantenido reuniones con los grupos políticos que «se han interesado»: Verdes Equo (que trasladó sus propuestas al ayuntamiento, Partido Popular, Partido Aragonés, Chunta Aragonesista y Podemos.
Los vecinos señalan que las peticiones que la Asociación ha trasladado al alcalde, Luis Felipe, escruces, tán ellas recogidas en las ordenanzas municipales, es decir, no se trata más que de aplicar la normativa «pues se está incumpliendo permanentemente de manera grosera».
La asociación indica que se han realizado propuestas de solución, también posibles según la normativa y lamenta que «el alcalde se niegue a encarar el tema y de la callada por respuesta».
Además, animan a los ciudadanos a que miren este barrio como «el espacio céntrico, emblemático e histórico que es». La asociación señala que los vecinos conservan los edificios en pie, «en condiciones que permiten acoger el comercio y la hostelería de forma que sea un espacio activo y lúdico para todos los oscenses». Solicitan ayuda para «mantenerlo vivo y que no desaparezca como lugar habitado y visitable» porque esta es una cuestión que «afecta a toda la ciudad».