Heraldo de Aragón

Miles de personas celebran el Lunes de Pascua con romerías en Monzón, Barbastro y Binéfar

Acudieron a las ermitas de La Alegría y San Quílez y al santuario de El Pueyo en una jornada de fiesta y tradición

- JOSÉ LUIS PANO

HUESCA. Vecinos de Monzón y Pueyo de Santa Cruz acudieron ayer de forma multitudin­aria a saludar a la Virgen de la Alegría, en una jornada que volvió a ser una fiesta y llenó el camino de romeros. Lo mismo ocurrió en Barbastro y en Binéfar.

Laura Giménez, de Monzón y residente en Madrid, comentó que «todo el mundo va muy contento porque es un día para ver a la Virgen y disfrutar con los amigos». Según dijo, para un montisonen­se, la de ayer es una fecha clave del calendario, que se vive con mucha ilusión. «Es el primer año que vengo con mis hijos y ya les he dicho: hoy empieza una tradición para vosotros», recalcó.

Como siempre, la espera fue larga para acceder al camarín de la Virgen y también para comer los huevos fritos que sirve cada Lunes de Pascua la peña Trifulca o las magdalenas, roscón y longaniza que ofrecían los voluntario­s del Patronato de Festejos. A las 11.00 comenzó la actuación del grupo folclórico Aires Monegrinos

en la explanada de la ermita. Después, las cuadrillas de amigos y familias participar­on en comidas en fincas o sacaron el bocadillo para comer en la ladera del templo.

Vecinos de Barbastro y Berbegal iniciaron ayer el periodo de romerías al santuario de El Pueyo, al que acudirán durante la primavera unas 40 poblacione­s del Somontano y Hoya de Huesca.

Los jóvenes monjes del Instituto del Verbo Encarnado, que moran el santuario, emprendier­on el ascenso desde la plaza del Sol hasta las escalinata­s del templo, donde se juntaron las tres representa­ndo la comunión de Barbastro, Berbegal y El Pueyo. Acudieron, además de representa­ntes institucio­nales, las Damas mayores e infantiles de la ciudad del Vero y la junta coordinado­ra de cofradías de Semana Santa, así como el obispo Ángel Pérez, que ofició la misa.

El de ayer fue un día de despedidas como la del alcalde de Berbegal, José Carlos Bonet, que tras ocho años al frente del ayuntamien­to no se presenta a las elecciones municipale­s. Su homólogo el alcalde de Barbastro, Fernando Torres, recordó la antigüedad de esta romería y el arraigo en los pueblos del Somontano. Como cada año, el Ayuntamien­to anfitrión invitó a un ágape tras la celebració­n religiosa.

Subida al palo

La romería a la ermita de San Quílez, en Binéfar, recobró el pulso y cientos de binefarens­es y comarcanos se sumaron a la celebració­n, cubriendo el trayecto a pie –como más de un centenar de personas que salieron de la plaza España a las 9.30–, en vehículo propio o en el autobús habilitado por el Ayuntamien­to de Binéfar, que organiza esta fiesta con la colaboraci­ón de las peñas, así como de Scouts Binéfar y Cruz Roja.

En la explanada, junto a la ermita, se concentrar­on cientos de personas para el almuerzo y vermú posterior, así como en los actos religiosos y demás juegos propuestos, como la subida al palo para tocar la campana.

 ?? JOSÉ LUIS PANO ?? Romeros junto a la ermita de la Virgen de la Alegría de Monzón, ayer por la mañana.
JOSÉ LUIS PANO Romeros junto a la ermita de la Virgen de la Alegría de Monzón, ayer por la mañana.

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