El Banco de Alimentos pide ayuda

Debe interpelar a las autoridades, a las empresas del sector agroalimentario y a los ciudadanos en general la difícil circunstancia que atraviesa el Banco de Alimentos de Aragón. El alza de precios de los productos alimenticios ha provocado una drástica reducción de las donaciones, con lo que el Banco ha tenido que ‘recortar’ los lotes que entrega a las familias a las que presta ayuda. La sociedad aragonesa tiene que reaccionar dando su apoyo solidario a una entidad benéfica cuya labor resulta imprescindible

Gracias a las donaciones que recibe de instituciones, de empresas grandes y pequeñas y de particulares, el Banco de Alimentos puede distribuir cada día productos de primera necesidad que llegan en Aragón a más de 22.000 personas que de otra manera se verían en serios apuros para satisfacer las necesidades más elementales. Su tarea se ha convertido en esencial para paliar las peores consecuencias de las crisis económicas y de la fragilidad de nuestro tejido social. Las entregas de alimentos que recibía el Banco solían ser suficientes para que desempeñase su función, pero en el último año han disminuido notablemente a causa de la relativa escasez de algunos productos que se refleja en el alza de precios que se está registrando. Han caído sobre todo las donaciones de excedentes que realizaban instituciones como el Fondo Europeo de Ayuda a los Desfavorecidos o el Fondo Español de Garantía Agraria, pero también las aportaciones de empresas que se están viendo presionadas por la inflación. Ante esta situación el Banco de Alimentos hace un llamamiento para reclamar ayuda y realizará el próximo mes una campaña para recoger aportaciones económicas. La sociedad aragonesa no puede ser indiferente a los problemas que está sufriendo esta organización y que repercuten negativamente en los hogares más vulnerables. Hace falta una reacción que permita al Banco seguir trabajando con normalidad.