Estrategas de la Moncloa
Mirar hoy a la izquierda política provoca desconcierto. El presidente del Gobierno ha puesto en marcha una operación que tenía como objetivo recuperar votos, pero las cosas no están resultando como esperaba. Sánchez y sus colaboradores dieron prioridad a diseñar una estrategia que potenciara la izquierda, porque en Podemos se advertía el declive y pensaban que sin su apoyo se venía abajo el tinglado y tendrían que ir haciendo las maletas y dejar la Moncloa.
Sabían que Yolanda Díaz se estaba convirtiendo en una figura atractiva, pero no hicieron caso a las llamadas de atención de sus compañeros socialistas desde Galicia: Díaz tenía un altísimo concepto de sí misma, pero pronto aparecían sus puntos débiles. Además, no contaba con un proyecto sólido. Sánchez sin embargo se embarcó en promover la plataforma de Díaz para empujar después la fusión de todas las identidades a la izquierda del PSOE.
Fueron muchos los que vieron los fallos desde el primer momento: esa izquierda con Yolanda Díaz como principal figura tendría como principal caladero a los simpatizantes del PSOE que juraban que nunca volverían a votar a Pedro Sánchez porque se sentían indignados por sus engaños y por su pacto ignominioso con Bildu. El segundo caladero de votos de Díaz sería Podemos, con lo que la operación hacía agua por todas partes.
Según los sondeos publicados tras la apoteosis de Yolanda Díaz en el Magariños, el escenario actual es el que preveían los que estudian las estrategias políticas con frialdad: Yolanda Díaz acumula votos que eran del PSOE, también de Podemos y de sus partidos satélites, e incluso alguno de Ciudadanos. Pero el voto de izquierda no se mueve. Sus escaños, uno arriba uno abajo, serán los mismos que en la investidura. Pero con un PSOE que tendrá menos que hace cuatro años, porque Díaz se hará con los que pierde Sánchez más los que pierde Podemos.
Así las cosas, muy mal le tendría que ir al PP para no hacerse con el próximo gobierno. Pero también Feijóo debe revisar su estrategia: quien aspira a la Moncloa debe contar con un equipo de primera y además no cometer ni un fallo. Y… faltan nombres en ese equipo, sobran algunos, y se cometen fallos.