Heraldo de Aragón

PSOE y Podemos ahondan sus diferencia­s por la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’

● Los socialista­s alegan que las enmiendas de sus socios de Gobierno y de ERC y Bildu «no solucionan el problema» y se encomienda­n al respaldo del PP

- PAULA DE LAS HERAS

MADRID. No habrá acuerdo entre los socios del Gobierno para la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’. El PSOE rechazó ayer sin miramiento­s las enmiendas presentada­s tanto por Podemos como por ERC y EH Bildu al texto legislativ­o que, tras meses de negociació­n en el seno del Ejecutivo, llevó en solitario al Congreso el pasado mes de febrero para neutraliza­r la polémica que habían generado los centenares de rebajas de condena a agresores sexuales provocados por la norma estrella del Ministerio de Igualdad. «No solucionan el problema; no solucionan los efectos indeseados», alegó tajante la portavoz de la ejecutiva socialista, Pilar Alegría, en una comparecen­cia en Ferraz.

Ambos reavivan el que, probableme­nte, ha sido el desencuent­ro más sonado y de mayores consecuenc­ias entre PSOE y Podemos desde que en noviembre de 2019 sellaron su pacto de coalición. Cuando la disputa parecía superada por otros asuntos, regresa al punto de partida. Alegría, también ministra de Educación, aseguró que los textos presentado­s por los morados y por los independen­tistas vascos y catalanes son, además de muy similares entre sí, coincident­es con los planteamie­ntos que ya puso sobre la mesa el equipo de Irene Montero en sus negociacio­nes con el Ministerio de Justicia.

La principal diferencia estaba, y sigue estando, en un asunto técnico pero del que se derivan filosófica­s. Al eliminar la ley en vigor diferencia entre abuso y agresión, la horquilla de penas se vio modificada a la baja sobre todo en su rango inferior. El PSOE propone mantener el abanico punitivo actual pero introducir un subtipo agravado tanto para la agresión como para la violación cometidas con violencia o intimidaci­ón; así se lograría, según sostienen, que las penas sean equivalent­es a las anteriores a la entrada en vigor de la ley. Podemos ERC y Bildu sugieren que la violencia y la intimidaci­ón sean un agravante que eleve las penas hasta un máximo de 8 años para la agresión y 15 para la violación, por encima de la propuesta socialista.

Los morados esgrimen que si se eliminó la diferencia entre abuso y agresión fue precisamen­te para evitar la revictimiz­ación que sufrían las mujeres al tener que demostrar «cuánto se resistiero­n» y que lo que hacen los socialista­s es, básicament­e, volver al «Código Penal de la Manada». Los socialista­s replican que el consentimi­ento sigue estando en el centro de la norma porque no se toca el artículo que así lo establece y alegan que la propuesta de sus socios conduciría a un esquema de penas desproporc­ionado y más propio de una concepción punitivist­a del Estado.

«Después de cuatro meses vemos que quienes tienen una idea más progresist­a y feminista de los derechos de las mujeres coincidimo­s en que la violencia o la intimidaci­ón pueden ser circunstan­cias agravantes y de hecho lo son pero no tienen que impactar en el sistema como antes, no hace falta un retroceso como el que quiere el Partido Popular», recriminó la delegada del Gobierno contra la

Violencia de Género, Victoria Rosell, en los pasillos del Congreso tras registrar ayer las enmiendas de su formación, al límite del plazo previsto.

Reclamo electoral

En la dirección del PSOE tienen orden de evitar provocacio­nes y no alimentar una confrontac­ión que creen que Podemos busca como reclamo electoral. Pero, aun así, Alegría respondió con dureza a la enésima insinuació­n de sus socios de que ni los socialista­s son realmente de izquierdas ni defienden a las mujeres: «Es importante no confundir la cerrazón con el feminismo», dijo.

En el PSOE son perfectame­nte consciente­s a estas alturas de que la única posibilida­d de que su reforma salga adelante pasa por el PP, como ocurrió en el debate de toma en considerac­ión el pasado 7 de marzo, pero no les preocupa. El reto difícil fue aquel, el que se produjo en vísperas del Día de la Mujer. Y creen que lo superaron con creces. Después de aquella sesión parlamenta­ria, en la que la diputada de Podemos Lucía Muñoz instó a manifestar­se contra ellos en las calles y llegó a compararlo­s con «un puñado de fascistas», los socialista­s no solo no han visto resentirse las expectativ­as de voto a las que apuntan las encuestas sino lo contrario.

Los populares prevén desbloquea­r el siguiente trámite parlamenta­rio pese a llevar semanas acusando al PSOE de no tener «prisa» por modificar la norma y después de que este rechazara su propuesta «casi idéntica» de reforma. Ayer registraro­n sus 14 enmiendas, con las que buscan elevar de nuevo las penas hasta los límites vigentes antes de la entrada en vigor de la ley de libertad sexual y «rectificar» varios artículos que supondrían un nuevo perjuicio para las víctimas.

Si se cumple el calendario previsto, el debate de la proposició­n de ley tendrá lugar en el Congreso el próximo día 20 y el 26 culminará su tramitació­n en el Senado. Podemos cree haberse anotado un tanto al escenifica­r una postura alineada junto a ERC y Bildu que, junto a la CUP y el BNG, ya se sumaron a la formación de Belarra con su voto en contra en el primero de los debates parlamenta­rios. Alegría desdeñó ese apoyo y advirtió de que, si hay que guiarse por lo que ocurrió entonces, sus socios están claramente «en minoría».

 ?? JUAN CARLOS HIDALGO/EFE ?? La portavoz del PSOE, Pilar Alegría, ayer en una comparecen­cia en el la sede de su formación.
JUAN CARLOS HIDALGO/EFE La portavoz del PSOE, Pilar Alegría, ayer en una comparecen­cia en el la sede de su formación.

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