La jota aragonesa se desvanece en la declaración española de Patrimonio Inmaterial
● El BOE publica la resolución que protege esta manifestación folclórica, requisito para presentar la candidatura a la Unesco
ZARAGOZA. El Boletín Oficial del Estado publicó ayer la resolución por la que se incoa el expediente para declarar la jota española como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. Cuando la resolución se apruebe definitivamente se habrá solventado uno de los escollos administrativos que aguardaban en la carrera por conseguir esa misma declaración a nivel mundial por parte de la Unesco.
La candidatura de la jota engloba a 15 comunidades autónomas, y en 11 de ellas no estaba protegida legalmente, como requiere la Unesco para su declaración. El consejero de Educación, Cultura y Deporte, Felipe Faci, se felicitaba ayer de la publicación porque despeja el camino para que «la próxima apuesta del Gobierno español ante la Unesco sea la de la jota, como así se acordó en la última reunión del Consejo de Patrimonio en octubre pasado».
El proceso para conseguir que la Unesco declare la jota Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad lo inició hace años la Academia de las Artes del Foclore y la Jota de Aragón, pero solo para la aragonesa. La DGA asumió la idea como propia aunque, al sumarse el Ministerio de Cultura, se reconvirtió en candidatura a nivel nacional y en la que se integraron 15 autonomías. La coordinación de la candidatura recayó entonces en Julio César Valle, toledano licenciado en Historia del Arte. Desde la DGA, en cualquier caso, se aseguró que la iniciativa la «encabezaba», la «lideraba» Aragón.
La resolución publicada ayer es larga, de casi 11.000 palabras, y en ella el peso de Aragón es casi nulo. La Mancha aparece mencionada o aludida en seis ocasiones y Aragón solo en cinco, dos de ellas al citar los títulos de obras de compositores clásicos que escribieron la partitura de alguna ‘Jota aragonesa’. Se mencionan, sí, ‘La magallonera’ y la Jota de San
Lorenzo, pero en una lista en la que se incluyen desde la Jota de Rambla Salá de Santomera (Murcia) a la Jota de Anselmo de Consuegra (Toledo).
Al hablar del baile la resolución no menciona ningún estilo aragonés, no ya Calanda, Albalate del Arzobispo o Alcañiz, muy antiguos, tampoco se habla de lo que se baila aún en Puertomingalvo o Mosqueruela. De las peculiaridades de la jota cantada asimismo no se dice nada, aunque autores como Miguel Manzano creían que esta modalidad era oriunda de Aragón y posteriormente se había extendido a Navarra y La Rioja. La única autoridad académica que se cita en la resolución es la del albaceteño Julio Guillén.
A la hora de hablar de los orígenes de la jota la resolución dice que «podemos afirmar que la génesis de la estética y estructura actual de la jota en sus diferentes aires y estilos arranca en el siglo XVIII, desarrollándose posteriormente a lo largo de las décadas posteriores...». Y no cita el villancico ‘De esplendor se doran los ayres’, compuesto en 1666 para la Virgen del Pilar por José Ruiz Samaniego, maestro de capilla, y cuyo arranque es claramente una jota aragonesa.
En algunos pasajes de la resolución parece que su redactor, al querer englobarlo todo, opta por evitar conscientemente aludir a Aragón. Y lo difumina. Por ejemplo, al tratar de los festivales y concursos se dice que «se desarrollan en escenarios de diversa índole. Desde teatros, auditorios y casas de la cultura o escenarios al aire libre, este tipo de eventos son susceptibles de realización en cualquier espacio que pueda albergar un gran aforo...». Y no esgrime el Certamen Oficial de Jota de las fiestas del Pilar, que el próximo octubre cumplirá 137 años y está considerado el concurso de canto y baile más antiguo del mundo.
O, al hablar de los métodos de aprendizaje, se asegura que este se ha realizado tradicionalmente de oído, obviando grupos y escuelas. La municipal de Zaragoza, por ejemplo, ha cumplido ya 83 años.