Los bomberos empiezan a llevar agua a los pueblos
HUESCA. «Lo de este año es extraordinario porque ya en marzo hemos tenido que llevar agua a dos pueblos». Óscar Aguarta, jefe de servicio de los bomberos de la Diputación de Huesca, aventura unos meses muy complicados si no llueve pronto, a la vista de las peticiones recibidas para suministrar agua con cubas a los depósitos de algunas poblaciones.
De momento, están yendo a dos núcleos de la zona oriental. Han suministrado 7.000 litros a Aguinaliu, en el municipio de Graus, y 30.000 litros a Nachá, en Baells. Aquí viajan semanalmente. Ayer hicieron el último transporte. Son dos pueblos con pocos habitantes y un consumo muy bajo, pero que toman agua de pozos y no tienen aportaciones desde hace meses. El nivel freático ha descendido, de manera que o no llega la captación o no dan caudal suficiente.
De momento esto no es un problema en las provincias de Teruel y Zaragoza, donde los bomberos no han tenido que reforzar los suministros urbanos.
El responsable del Servicio Provincial de Extinción de Incendios y Salvamento (Speis) de Huesca achaca la situación a la sequía que se arrastra desde el 2022. «Esperamos que la primavera traiga precipitaciones, pero lo que está claro es que las fuentes se han secado porque este invierno no se han recargado los acuíferos», señala Aguarta.
La situación es excepcional, reitera. Lo habitual es llevar cubas en el verano, cuando crece la población flotante, se ocupan las segundas residencias y se dispara el consumo. En época estival abastecen a entre 25 y 30 núcleos. El año pasado, algunos buscaron nuevos manantiales, haciendo tuberías de hasta 2 kilómetros, porque el agua ya escaseaba.
La sequía es especialmente grave en la zona oriental de la provincia, donde están Aguinaliu y Nachá. Aquí, otros ayuntamientos ya están alertando a los bomberos de la situación extrema de los abastecimientos.
De cara al verano, los bomberos se preparan para lo peor. El Speis está valorando reforzar el servicio con más personal y vehículos por la previsión de sequía, porque, como dice Aguarta, «lo que nos está pasando ahora es solo una parte de lo que puede venir en verano si no llueve». En esta situación, aventura, podría haber restricciones al consumo.