Daniel Pérez, sobre los pactos postelectorales: «No será fácil trabajar con quienes ya han traicionado una vez tu confianza»
ZARAGOZA. El que fuera líder autonómico de Ciudadanos en Aragón, Daniel Pérez Calvo, confirmó ayer que encabezará la lista de la formación naranja para el Ayuntamiento de Zaragoza en las elecciones del 28 de mayo. «Estoy en deuda con mi ciudad y sólo aspiro a devolverle una mínima parte de lo mucho que me ha dado. Será un honor», manifestó a través de su cuenta de Twitter, donde recibió el respaldo público de pesos pesados del partido como Adrián Vázquez o Inés Arrimadas.
Pérez, designado por la dirección nacional para pelear por la Alcaldía de Zaragoza tras la fuga de todo el grupo municipal, toma la decisión tras semanas de «reflexión» por la «enorme responsabilidad» que supone, asegura, «trabajar por tu ciudad». El dirigente dice concurrir «tremendamente ilusionado» y se ocupa ya de elaborar una lista que será «íntegramente naranja».
Parte con unas bajas expectativas de lograr representación –en Zaragoza es necesario el 5% de los votos para hacerse con un concejal–, pero confía en capitalizar su trayectoria e imagen pública para mantener presencia en el principal consistorio de la Comunidad.
Y da el paso «dolido» por la salida de todo el grupo municipal de Cs, los seis concejales que han formado coalición con el PP en el Ayuntamiento, de los que al menos tres (Sara Fernández, Víctor Serrano y Carmen Herrarte) se integrarán en las listas de los conservadores. En este sentido, y llegado el caso de tener que negociar la configuración de un gobierno con su excompañeros, Pérez dice que no actuará con «revanchismo» y que su primera preocupación será lograr «lo mejor para Zaragoza». Pero advierte que «es obvio que no será fácil trabajar con quienes han sido desleales al partido o han fallado a la confianza que se les dio».
Su única línea roja, asegura, será la «defensa de Zaragoza» frente al posible mercadeo de instituciones por parte de otras formaciones. En concreto, Pérez se muestra muy crítico con el papel que pueda desempeñar Teruel Existe tras el 28-M, y «muy preocupado» por que se traslade a Aragón «el fenómeno por el cual los grandes partidos se pliegan a los intereses de los nacionalistas».
«No quiero que Zaragoza sea moneda de cambio para el trampolín político de alguno», reafirma ante el riesgo, expresa, de que «inversiones previstas para la ciudad se vayan a otra provincia a cambio de las llaves del Pignatelli o de la Moncloa».
En cuanto a su modelo de ciudad, Pérez quiere una Zaragoza «integrada y bien articulada», donde las actuaciones urbanísticas vayan «parejas» a las culturales, las sociales...
Tranvía y Romareda
El candidato de Cs tendrá que definir ahora un discurso propio, en un difícil equilibrio entre la labor de sus excompañeros en el Consistorio y sus propuestas para el próximo ciclo político. En este sentido, Pérez considera que la línea 2 del tranvía es un proyecto «objetivamente bueno» al que no puede decir que no de entrada, pero que exige analizar su viabilidad, sobre todo desde el punto de vista económico.
«La línea 1 ha sido un éxito, y es de justicia que si hay un eje norte-sur haya otro este-oeste», señala el dirigente liberal. En cualquier caso, y hasta que se tome una decisión al respecto, apuesta por tomar medidas más inmediatas, como «mejorar las frecuencias del bus» o ampliar los trayectos de algunas líneas «infradotadas».
El otro proyecto de calado en la capital aragonesa en los próximos meses será el de la construcción de la nueva Romareda. El candidato naranja, que ayer recibió el respaldo del líder autonómico, Carlos Ortas, considera que el estadio de fútbol es una «asignatura pendiente» y un «atractivo» para la ciudad «más allá» de la actividad deportiva. Rechaza, no obstante, que la obra esté «a expensas de un interés electoral o de un cambio de gobierno» y reclama un «consenso total» para impulsarlo.
Finalmente, apuesta por mejorar los servicios públicos y facilitar la conciliación de los zaragozanos. Para ello, ve necesarios más centros infantiles en el sur de la ciudad y en Parque Goya, y plantea, entre otras medidas, «estudiar conciertos educativos» con instalaciones ya existentes en la ciudad.