Heraldo de Aragón

Epitafio digital

-

En ‘El año del pensamient­o mágico’, Joan Didion escribe: «Cuando tenemos delante un desastre repentino, siempre nos fijamos en lo anodinas que eran las circunstan­cias en las que ha tenido lugar lo impensable». No sé si hay circunstan­cia más anodina que tuitear una foto con un gato en la cabeza y morir a los catorce minutos. Catorce. Ni siquiera un cuarto de hora, ni siquiera quince: catorce. Si la vida nunca es un número redondo, la muerte lo es menos aún. ¿Qué será lo último que publique en una red social? Porque se convertirá en mi epitafio: habrá más gente entrando a curiosear mi cuenta que llevándome flores a la tumba. Ahora, además de preocuparm­e por tener la casa recogida, las piernas depiladas y la columna mandada por si la palmo, también me inquieta pensar cuál será mi tuit final. Conociéndo­me como me conozco, lo normal es que, para la posteridad, no deje ni un pensamient­o profundo ni una frase ingeniosa, sino un meme de la Esteban.

Es lo que hay: un instante normal en el que todo se va al carajo. Y tú, que ya tiñes canas, sabes que ese instante te puede llegar en cualquier momento, sin avisar, sin un ápice de considerac­ión. Pero prefieres no pensarlo, y solo reparas en ello cuando le sucede a alguien cercano. Entonces, asustado, tomas conciencia, y te prometes que vas a vivir cada día de tu vida como si fuera el último, y que lo importante es el aquí y el ahora, y que ‘carpe diem’, y cosas así. Tonterías: por esas mismas canas teñidas también sabes que, en cuestión de una semana, las pequeñeces cotidianas acabarán arrollando tus propósitos vitales como un tren de mercancías. Eso, y que tu legado digital será la Esteban diciendo «¡Joder, no me la metas así y me la saques, tío!».

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain