Setecientos días de demora en Neurología
Hace un año que el neurólogo diagnosticó a mi padre de una enfermedad neurodegenerativa. Le dijeron que en tres meses le llamarían para revisión. Ahora hace un año de aquello. Me dicen en citaciones del Ramón y Cajal que en Neurología hay una demora de setecientos y pico días para revisión. Me da igual el pico, pero me sobran los primeros setecientos días que me dicen.
Tratan de justificarse con que la demora es para todos. Eso todavía me consuela menos, precisamente porque pienso que como mi padre hay demasiados. Y es que si al día dan cinco citas (por decir algo moderado), si atienden alrededor de doscientos días al año, y si la demora es de setecientos y pico días, a mí, tirando por lo bajo, me salen dos mil quinientos pacientes que reciben su revisión con insufrible demora. Ahora pónganles en fila y mírenles a la cara. Díganles que su enfermedad no para, pero que ellos no van a volver a ver al médico en dos años y medio. A muchos de ellos ya no les atenderán porque gracias a su enfermedad habrán dejado de saber hasta que están enfermos. Otros, porque estarán físicamente imposibilitados y ausentes en sus mundos. La mayoría estarán agotados. Otros... en fin, para que seguir. Los setecientos y pico días me han parecido una canallada.
Me parece muy bien que gastemos recursos y que nos ocupemos de lo importante, es decir, de un montón de cosas que ahora parecen una prioridad inaplazable, pero siempre que antes nos hayamos ocupado debidamente de lo más importante: las personas. Especialmente de las más mayores y de las más vulnerables. Pónganse a ello, ya. Por favor.
José Antonio López Arauzo
ZARAGOZA