Vox se abre a apoyar al PP tras el 28-M sin entrar en coaliciones para evitar la sangría del voto útil
MADRID. Vox parece haber dejado de condicionar el posible desalojo de los gobiernos socialistas, tras las elecciones locales y autonómicas del próximo 28 de mayo, a su entrada en ejecutivos de coalición con el PP de Alberto Núñez Feijóo. Así lo deslizó este martes por la noche el vicesecretario general del partido ultraderechista, Jorge Buxadé, quien apuntó que «habrá que esperar al resultado de los comicios» para decidir qué fórmulas postelecto rales con los populares resultan más idóneas.
Un cambio significativo respecto a las elecciones andaluzas de mayo del pasado año, cuando los de Santiago Abascal advirtieron a Génova de que, aunque necesitaran de un solo voto, iban a exigir la vicepresidencia de la Junta. Esos comicios supusieron un desastre para el partido: la que fuese candidata y exportavoz parlamentaria, Macarena Olona, acabó abandonando la formación de manera abrupta y Vox comenzó a experimentar una sangría de votos en las encuestas y sondeos de la que aún hoy trata de recuperarse.
De hecho, esa actitud inflexible de la entonces candidata del partido provocó que el voto indeciso –tanto por parte de la izquierda como de la derecha– fuese a parar finalmente al popular Juanma Moreno, quien cosechó una mayoría absoluta sin precedentes para la derecha en la región. Y esa es la razón por la que, precisamente, Vox ha alterado su discurso acerca de si obstaculizarán la formación de ejecutivos con el PP aun sin entrar en los mismos tras la próxima cita electoral de mayo. Los de Abascal no quieren bajo ningún concepto que el temor a una posible continuidad de la izquierda en las distintas comunidades conduzca a incentivar el voto útil a los de Núñez Feijóo.
Buxadé también puso el foco en el Gobierno de coalición que ambos partidos forman en Casti lla y León, al que definió como ejemplo de «buena gestión». Pero dejó claro –a diferencia de las semanas previas a los comicios en Andalucía– que la decisión final se decidirá en un comité ejecutivo nacional en función de los resultados que arrojen las urnas, tanto el 28-M como en las generales, que previsiblemente se celebrarán en diciembre.
Asimismo, la nueva hoja de ruta de Vox respecto a los pactos postelectorales también puede condicionar a un PSOE que en los últimos años ha centrado sus campañas con frecuencia en agitar el miedo a los posibles pactos entre el PP y los de Abascal.