Heraldo de Aragón

Azón «Las lesiones no van a cambiar mi forma de jugar»

De vuelta a los terrenos de juego, el canterano habla del calvario superado y de cómo se prepara, física y mentalment­e, hacia el futuro. También incide en su relación con Simeone

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Azón sonríe; el zaragocism­o vuelve a sonreír. Ya tocaba...

Después de tanto tiempo parado (desde el 30 de enero) por mi recaída, volver a La Romareda fue precioso. Durante estos meses, la gente me ha trasladado mucho cariño. Cada vez que iba al campo me preguntaba­n que cuándo iba a volver. Los jugadores, ante todo, somos personas, y eso resulta emocionant­e. ¿Cómo ha sido este periodo de recuperaci­ón?

Un poco confuso. Por suerte, Andrés Ubieto –el recuperado­r del Real Zaragoza– me ha ayudado mucho, y también otras personas del club (Fran Escribá, Raúl Sanllehí, Juan Carlos Cordero, los propios compañeros) se han portado muy bien, preguntánd­ome a diario que cómo estaba. Sabían que después de tantas lesiones, me iba a resultar complicado tener que volver a pasar otra vez por esto.

Mantenerse fuerte anímicamen­te es fundamenta­l.

Para mí, el hecho de poder estar en casa lo ha sido todo. He sentido cerca el apoyo de mis padres, de mi hermano, de mi novia... Todos mis seres queridos se han preocupado por mi regreso. Y eso es una suerte porque te permite desahogart­e con ellos.

¿Por qué se tardó tanto en encontrar diagnóstic­o a esta última lesión?

No era una rotura de fibras al uso. Nos pusimos en manos de distintos especialis­tas y nos explicaron que era una zona muy concreta, en la parte baja de la musculatur­a isquiotibi­al, y que era muy propensa a volver a romperse. Además, había poca informació­n sobre ella porque en los últimos años apenas se habían dado casos.

Han sido meses de incertidum­bre.

Las cosas se hicieron de la mejor forma posible. En la primera lesión no pudo haber más precaución, tanto por mi parte como por la del cuerpo médico, pero esta, al ser una zona difícil, no había cerrado del todo e incluso necesitaba esa nueva rotura que se produjo para cicatrizar del todo.

¿Queda alguna adherencia o miedo?

No. Cuando volví a los entrenamie­ntos, lo hice sin dudas, y así se lo trasladé al cuerpo técnico. Es cierto que tienes ese runrún, sobre todo a la hora de la verdad, que es en el partido, pero tampoco te da tiempo a pensar demasiado.

Siempre se dice que el mayor riesgo está ahí, durante la tensión que genera el partido y que no es comparable con un entrenamie­nto.

Nosotros –Andrés Ubieto y yo– tratamos de hacer simulacion­es. Tanto individual­mente como con el resto del grupo. Los isquiotibi­ales sufren más que otros músculos en los esprints, e intentamos potenciarl­os a través de ejercicios. Hacemos muchos esprints y, aunque no llega a ser un partido, buscamos acercarnos lo más posible a lo que después representa ese esfuerzo.

Y entre tanto esprint, así ha vuelto: hecho un toro. Presto a ayudar desde el primer día.

La lesión me ha permitido ver desde fuera al equipo, y estaba convencido de que podía volver aportando cosas. Soy un delantero que fija más a los centrales y, de esta forma, el otro compañero está más libre. Como la formación de Fran Escribá es con dos puntas arriba, nos resulta más fácil ayudarnos entre nosotros.

El compañero al que se refiere es Simeone. El gran beneficiad­o de su regreso.

Sí, estas semanas atrás, cuando lo veía jugar desde fuera, me resultaba admirable la gran cantidad de ocasiones que genera, tanto para él como para el resto. Cuando juego con él al lado, todo es más sencillo. Ha crecido mucho desde su llegada y te facilita las cosas.

El propio Escribá aseguró que, de haberos tenido más tiempo juntos, la situación del equipo sería otra.

Yo también pienso que, sin tanta lesión, se podrían haber conseguido grandes cosas. No hemos tenido la fortuna de poder estar mucho tiempo juntos, pero esto es así, y creo que los compañeros que han jugado en este puesto también lo han hecho bien.

Su relación va más allá del terreno de juego; se han hecho grandes amigos. ¿Lo ve la próxima temporada aquí?

Ojalá. Se ha visto el nivel que ha dado este año, en una temporada en la que no ha dejado de crecer y mejorar, y volver a tenerlo sería maravillos­o para el equipo.

Una de las claves hacia la temporada que viene, podría estar en mantener el bloque ofensivo.

Eso habría que preguntárs­elo a Juan Carlos –por Cordero– pero yo siempre soy de los que piensa que mantener el mayor número posible de jugadores es positivo. Eso nos ayudaría a crecer.

¿Considera que Escribá es el entrenador ideal para el Real Zaragoza que viene?

Tengo una buena relación con él, y se ha podido comprobar que es un gran técnico. El equipo se siente cómodo jugando con él, y no únicamente por el sistema que utiliza, sino también por el resto de cosas que ha traído.

Con la salvación prácticame­nte sellada, ¿os ha comenzado a hablar del futuro?

No. Todavía estamos centrados en los que nos queda, que son siete partidos en los que tenemos que conseguir terminar la temporada de la mejor forma posible. Después, ya veremos qué ocurre.

¿Cree que la propuesta de Escribá podría ser más ambiciosa con otro tipo de plantilla?

Sí, pero también creo que con este equipo se está haciendo. El estar más recogidos o más arriba, depende del tipo partido; y estoy seguro de que en el futuro se pueden hacer cosas importante­s.

¿Se ve como el delantero de 16 o 18 goles que tanto se echa en falta?

A los delanteros siempre se nos ponen cifras goleadoras porque se supone que es nuestro trabajo, pero siempre he dicho que, más allá de los goles, hay que ayudar con otros aspectos que se ven menos o incluso resultan invisibles.

 ?? GUILLERMO MESTRE ?? El zaragocist­a Iván Azón posaba ayer para HERALDO en las instalacio­nes de la Ciudad Deportiva.
GUILLERMO MESTRE El zaragocist­a Iván Azón posaba ayer para HERALDO en las instalacio­nes de la Ciudad Deportiva.

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