Las entrañas digitales del Príncipe Felipe
Unos sensores colocados en las vigas de la cubierta evitan que se sobrecargue la estructura al colgar de ella elementos para la celebración de conciertos u otro tipo de eventos
El pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza fue testigo hace dos semanas de la épica gesta que lograron las jugadoras del Casademont al proclamarse vencedoras de la Copa de la Reina. Y en enero de 2024 cambiará por completo al sumergirse en la magia que traerá consigo el Circo del Sol. Mientras, multitud de eventos deportivos y los conciertos que se prevén para las Fiestas del Pilar y otras fechas señaladas. La actividad es mucha y muy variada, y para que el público se asombre con cada pirueta, ruja con cada canasta y salte con la música en directo la seguridad tiene que estar asegurada. Y ahora este equipamiento se ayuda para ello de la tecnología.
La sociedad municipal Zaragoza Deporte, la empresa Tecnalia y el grupo GIHA de la Escuela Universitaria de La Almunia han llevado a cabo un novedoso proyecto para garantizar la seguridad del pabellón. Así como adaptarlo a sus usos actuales, que demandan en muchos casos colgar elementos de la estructura para la organización de espectáculos culturales, y facilitar las tareas de mantenimiento. A través de unos sensores colocados en las vigas que conforman la cubierta, se ha conseguido monitorizar la capacidad de carga de la estructura y además almacenar los datos para su análisis posterior.
El director del pabellón, Paco Díaz, cuenta que este método no se había utilizado aún en ninguna instalación deportiva. «Nos da una lectura completa de cómo está la situación y cómo se comporta la estructura a través de las cargas», resume, y añade que el sistema es capaz de avisar en tiempo real mediante una notificación en caso de que el peso se acercara a los niveles de riesgo que se han establecido previamente. «Por ahora no hemos recibido esa alerta de que está llegando a un punto crítico, pero implicaría tomar decisiones difíciles», dice Díaz, que no obstante asegura que las posibilidades de que eso ocurra son pequeñas porque cada evento que traen los promotores está muy controlado.
En la parte exterior, el pabellón también cuenta con una estación meteorológica que permite, indican desde Tecnalia, «relacionar la capacidad de carga con los parámetros ambientales». Toda la información se actualiza continuamente en la aplicación creada por la empresa para tal fin y el histórico de datos permite asimismo escoger las opciones más adecuadas. «El viento no nos afecta mucho, pero si por ejemplo una borrasca u otro fenómeno atmosférico se junta con un evento en el interior tenemos que jugar con un margen de seguridad para que dé tiempo a tomar medidas, evitar daños en la cubierta y garantizar la seguridad del público, que es lo más importante», dice Díaz.