Ai, ai, ai, por ahí viene

Silvia Pérez Cruz saca disco en unos días. Eso me alegra el alma; tiene la artista gerundense un pacto perenne con la belleza, que renueva con naturalidad cada vez que regala al mundo una nueva creación. Aprendió de chiquita a amar la música con sus padres, ambos creativos y talentosos. Su querida Palafrugell fue el marco de los primeros pasos de una carrera que brilla en todo el mundo. Es el suyo uno de esos talentos admirados por sus pares que, por si fuera poco, viene acompañado de una personalidad cautivadora, que da un poco de envidia; parece haber encontrado la fórmula para que la miseria no le toque, cuando estamos tan rodeados de miserables, pacatos y mediocres.

Hace seis años, Silvia ganó el Goya a la mejor canción por un tema incluido en la película ‘Cerca de tu casa’, de Eduard Cortés, que protagonizó ella misma. La canción premiada entró de rondón en una banda sonora que también era de Silvia; ‘Ai, ai, ai’ es un lamento juguetón, bonito sin más, tema menor en un conjunto sublime. Curiosamente, fue el que recibió un beso del foco mediático. Cuando la cantante y compositira recogió el galardón, además de agradecerlo, pidió pèrmiso para cantar un pedacito de la canción que realmente encarnaba el mensaje del filme, centrado en la problemática de los desahucios.

Silvia es una adelantada en las formas y el fondo; con este triple ‘ai’ de ‘i’ latina anticipó sin querer el desembarco de estas dos letras en nuestras vidas. ‘Artificial intelligence’, ya saben. Su manifestación más popular son esos textos instantáneos e impecables sobre todo tipo de temas. Quizá la proléptica herramienta, más inteligente que yo, haya escrito ya esta columna. El nuevo disco de Silvia, seguro que no.