Por qué ‘Got talent all stars’ no puede con ‘La voz kids’
Las imperfecciones nos hacen reconocernos. Normal que, por tanto, ‘Got talent all stars’ lo vaya a tener difícil en la noche de los sábados de Telecinco. La propuesta ha consistido en juntar alos mejores concursantes de las ediciones internacionales de este concurso en un plató español frente a Risto Mejide, Edurne y Paula Echevarría. Pero, claro, ni hay emoción porque estos participantes no se juegan nada ni hay conflicto porque no se crea debate de números tan perfeccionados y, sobre todo, ni siquiera es sencillo identificarse con ellos: la mayoría no hablan nuestro idioma y no comparten nuestra cultura.
Con estos mimbres, ‘Got talent all stars’ podría ser un zapeo de relleno con las grandes actuaciones originales de los 15 años de ‘Got talent’ a nivel mundial, pero en Mediaset parece que han pensado que podía ser competitivo. Hasta para rivalizar con otro estreno, ‘La voz kids’. Pero ‘La voz’ reúne todo lo que falla en ‘Got talent all stars’: frente a la precisión de actuaciones que no ansían el triunfo –porque ya lo han conseguido en su país–, en Antena 3 fluía la espontaneidad de niños que no descifran el significado de precisión.
Niños que representan a nuestras comunidades autónomas. Niños que encima cantan con la ilusión de ver a sus ídolos entrañables. Incluso cantan con ellos, pues salen al escenario frente a una sillas giratorias en las que se sienta un jurado que entremezcla referentes de generaciones de ayer y de hoy: Yatra, Aitana, Rosario Flores y Pablo López, mandando notas de voz a David Bisbal porque le está guardando el sitio mientras se pueda incorporar al programa.
‘La voz kids’, desde uno de los estudios más grandes de la televisión en España, el teatro de Antena 3, transmite maquinaria bien engrasada aunque comprendiendo que la tele extraordinaria no va de perfecciones. Como la vida, la tele consiste más en lo empático, lo honesto. En pensar, tal vez, como ese niño que todavía confía en que puede cambiar el mundo.
En ‘Got talent all stars’, en cambio, hay una buena edición, hay mucha grandilocuencia, pero a los jueces y los protagonistas les cuesta comunicarse. No porque no compartan un idioma, situación que se subsana con subtítulos, más bien porque no comparten un mismo imaginario cultural. La naturalidad, entonces, se siente forzada. Cuando Telecinco siempre ha sido lo contrario. De Emilio Aragón a María Teresa Campos, de Carmen Sevilla a Jorge Javier Vázquez. El éxito de la tele que no va a buscar ni lejos ni alto a sus estrellas porque tiene claro que el firmamento de la sociedad son nuestros propios barrios.