La música ‘armaña’ arropa unas distinciones volcadas en el talento y la experiencia
● Ara Malikian, galardonado con la Medalla de las Cortes, cautiva con su sinceridad y arte ● El Premio Aragón constituye un «bálsamo» para la revista ‘Turia’ en su 40 aniversario
ZARAGOZA. El violinista libanés de ascendencia armenia Ara Malikian cautivó ayer en el acto institucional del Día de Aragón con una actuación, anunciada apenas una hora antes a la organización, nacida de la emoción de recibir la Medalla de las Cortes y que tiene ese tinte, que el mismo definió como «armaño», y que desde hace 15 años siempre le acompaña. «El otro día me desperté a las 4.00 y, de repente, me salió una composición. Es lo que me inspiráis y lo he hecho con mucho amor», aseguró, mostrando esa sinceridad con la que ayer también atrapó a los presentes y que provocó más de una carcajada. En este San Jorge también se reconoció el talento y la experiencia de la revista Turia, que recibió la máxima distinción de la comunidad autónoma, que es el Premio Aragón. Alicia Asín y el equipo femenino del Club Basket Zaragoza fueron galardonados con las Medallas al Mérito Profesional y Deportivo, respectivamente.
El acto institucional se inició con las palabras de Malikian, quien tenía pensado improvisar su discurso, pero su pareja, la cineasta aragonesa Natalia Moreno, le instó a que no lo hiciera y le ayudó a plasmar en el papel todas las ideas que revoloteaban por la mente del músico. «Voy a leerlo porque estoy temblando», reconoció nada más subir al atril visiblemente emocionado y sin que la sonrisa se borrara ni por un segundo de su cara. En ese momento, celebró haber cambiado de opinión y optar finalmente por tocar el violín: «Es la única forma en la que me siento seguro».
Galardonado por su «excepcional talento e incuestionable aportación a la música clásica y contemporánea», además de su contribución a la proyección mundial de la Comunidad, recordó que siente hacia Aragón «uno de los sentimientos más auténticos que uno pueda tener: el amor». «El amor a esta tierra de raíces, a sus gentes de corazón salvaje, a sus costumbres que saben a Monegros, mudéjar y Pirineo. El amor a su arte, hecho de cierzo, y a su cultura pura y valiente», incidió.
Un arraigo que hacen que su día a día esté plagado de frases como «ven aquí cariñico» y «me he chipiado». «Y todas las cosas se han vuelto cosicas», puntualizó entre las risas de los asistentes.
Malikian, que llegó a Aragón de la mano de Moreno, confesó que el talento de aragoneses como Goya, Buñuel, Ramón y Cajal o María Moliner ya le había inspirado cuando era adolescente y residía en el Líbano: «Lo que aquel joven libanés no podía imaginar es que esas gentes en el futuro serían también sus gentes».
También hizo alusión a su juventud Raúl Carlos Maícas, quien con apenas 21 años decidió quedarse en Teruel y fundar la revista ‘Turia’. Ayer, justo 40 años después, su tesón, experiencia y aportación al mundo cultural fueron recompensados con el Premio Aragón. «El mejor regalo», resumió durante su intervención, en la que remarcó que «fundar y dirigir la revista Turia se ha convertido en el auténtico motor» de su vida.
Además de mostrarse «orgulloso» y «agradecido» de que se