Miles de zaragozanos abarrotan las calles en un San Jorge muy festivo y popular
● El buen tiempo favoreció una celebración en la que más de 10.000 personas pasaron por el Pignatelli. La Aljafería mantuvo también las puertas abiertas
ZARAGOZA. Narra la historia que San Jorge recogió una rosa que brotó sobre una de las heridas del dragón al que derrotó para dársela a la princesa Selena. Aragón siente esta leyenda como propia y es justo que los zaragozanos lo celebrasen ayer, con un homenaje al patrón en el Día de Aragón más multitudinario que se recuerda en los últimos años. El buen tiempo (con temperaturas de verano) propició que los ciudadanos abarrotaran las calles para disfrutar de las actividades programadas en el Pignatelli, en la Aljafería y en el paseo de la Independencia, lleno de puestos de libros, en un ambiente muy festivo y popular.
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en la Aljafería se entregaban los premios con la ceremonia del protocolo, la DGA era un ir y venir constante –pasaron más de 10.000 personas–, para disfrutar de los espectáculos y la posibilidad de hacerse una fotografía con la Copa de la Reina del Casademont. Tras pasar por el detector de metales, lo primero que se encontraba eran los dances tradicionales de Gallur, El Rabal, Robres y Sena. El ‘paloteo’ y las dulzainas enamoraron a los cientos de zaragozanos, que evocaron así épocas pasadas.
Sin tiempo que perder para aprovecharlo todo, nada más terminar los dances, la música bajaba de tono para dar paso a la interpretación de obras medievales y polifonías renacentistas que se escuchaban hace siglos en los Panteones Reales de Aragón.
Del medievo se dio paso a la auténtica fiesta infantil. Los Piratas del Ebro, de la PAI, ofrecieron a los más pequeños mil y una formas de pasárselo bien el Día de Aragón. «Pasea descalzo con los ojos cerrados», les indicaba un cartel previo a un camino formado por suelos de diferentes texturas. En definitiva, un viaje de sensaciones. «Queríamos dar una vuelta por todo, pero los pequeños se han obsesionado ya con este patio. Lo que más les ha gustado 4 ha sido lo que parece una catapulta: tienen que coger al vuelo tres manzanas con un cubo», explicó Teresa Ballarín, acompañada de los pequeños Mario y Sofía.
Un trozo de Aragón
En uno de los patios de la DGA se establecieron los ya tradicionales puestos de artesanía y gastronomía para saborear un buen trozo del fruto de tierras aragonesas. Tras unas rosquillas de las Monjitas de la Asunción de Huesca (de clausura), sus colaboradores, Carmen Oliván y Alejandro Pérez, decían estar viviendo «un día muy especial». «San Jorge es una celebración muy maja y muy nuestra. Venimos por ayudar y lo pasamos muy bien. Hace ya unos cuantos años que está el puesto. Esta vez solo estaremos dos días, pero ha habido años que hemos estado hasta tres», comentaban.
Junto al sonido de las dulzainas se escuchó también el de las sirenas de ambulancia y policía en uno de los patios como una oda a la seguridad ciudadana. La fiesta continuaba un poco más allá, delante de la Sala de la Corona, donde varias compañías de danza impresionaban a los allí presentes con sus movimientos. Y del baile al deporte, con el trofeo ganado recientemente por las jugadoras de baloncesto del Casademont.
Con una sonrisa de oreja a oreja salían David, Mª del Carmen y el pequeño Martín (vestido igual que la leyenda del baloncesto Michael Jordan) después de inmortalizar el momento con dicho trofeo. «Llevamos muchos años viviendo en Zaragoza pero es la primera vez que venimos aquí y estamos descubriendo cómo es por dentro. Lo primero, a ver la coMientras
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