Los oscenses disfrutan de su romería tras tres años sin fiesta por la covid y la lluvia
● Familias y grupos de amigos llenaron el cerro de San Jorge y las actividades organizadas por el Ayuntamiento
pa», expresaba el padre. La siguiente parada: las canastas instaladas en los jardines de Presidencia. Junto a ella, una larga fila de personas aguardaba para entrar a la carpa del planetario. En la misma zona se podía elaborar una botella de plástico con ruedas en uno de los talleres o participar en el sorteo de un viaje.
El Pignatelli no fue el único lugar en el que se celebró el Día de Aragón. La Aljafería retomó las visitas parlamentarias por la tarde, entre varios talleres infantiles y espectáculos. Mientras, los peñistas vivieron su particular día grande en el Parque Tío Jorge (de la mano de Unión Peñista) y del Parque Torre Ramona (de Interpeñas). Por la calle, miles y miles de personas pasearon bajo un sol de justicia con helados, libros o rosas y es que había mil y una formas para festejar la festividad.
Hoy aún se puede celebrar San Jorge en la Aljafería y el Pignatelli con visitas, talleres y el resto de actividades programadas.
HUESCA. Los oscenses tenían muchas ganas de celebrar el 23 de abril. En 2020 y 2021, la fiesta de San Jorge se suspendió por la pandemia, y en el 2022 la lluvia dejó vacío el cerro de la ermita y se cancelaron casi todos los actos. Este año, por fin, con los astros a favor, Huesca pudo festejar de forma brillante su romería, salpicada de actividades para todos los públicos.
Las temperaturas, casi veraniegas, favorecieron la masiva asistencia desde primera hora. Hubo largas colas para coger las tortas que repartían las mairalesas; mucho público en los títeres y el festival folclórico: y las mesas de campin poblaron el cerro a la hora de la comida, que algunos alargaron hasta la merienda.
El programa comenzó con una misa en la ermita de San Jorge a las 10.00, pero dos horas antes ya habían pillado una mesa de piedra del merendero Nieves Agustín y su grupo de amigos. «Quitando los años de la pandemia y el pasado, porque llovió, hemos venido siempre. Esta mesa ya la tenemos reservada todos los años», bromeaba.
Al mediodía pensaban dejarla libre para cederla a un grupo de cinco familias con niños y adolescentes. «Nos la guardan todos los años. Cuando ellos se van la cogemos nosotros», explicó Maite Ayuda, que llegó con el equipamiento necesario para pasar aquí el día. «Venimos todos los años. Nos gusta participar y disfrutamos mucho del día de San Jorge». Ni en 2022 se la perdieron, ya que se refugiaron de la lluvia bajo unos porches. «No faltamos ni a esta ni a la del Viñedo del 1 de Mayo».
Los adolescentes del grupo tuvieron a su disposición la Zona Joven, que desde 2008 intenta ofrecer diversión sin alcohol. La fiesta de San Jorge ha sido tradicionalmente el punto de inicio en el consumo de alcohol de los oscenses, reconocía Mercedes
Guiseris, jefa adjunta del área de Derechos Sociales e Igualdad del Ayuntamiento, que desde primera hora trabajó coordinadamente con Protección Civil y el dispositivo sanitario.
Se preparó un programa para menores partir de 13 años con reparto de bocadillos, agua y cócteles sin alcohol y una yincana, y hubo rondas de observación para detectar posibles intoxicaciones etílicas. En los últimos años ha descendido tanto el consumo como la presencia de adolescentes, aseguró la técnico municipal. En 2008 se registraron 10 comas etílicos y en la última edición, ninguno. De hecho, a las 11.00 la Zona Joven seguía vacía, cuando en el pasado era habitual que a las 8.00 empezaran a llegar chicos, empalmando tras la verbena de las fiestas de Tierz.
El alcalde, Luis Felipe, antes de entrar a la misa junto al resto de la corporación, destacó el esfuerzo inversor del Ayuntamiento en la mejora de la ermita y el bosque que la rodea, para configurar «un corredor para la práctica del deporte y la vida saludable». En este mandato se han invertido más de 600.000 euros. «Es un entorno simbólico y emblemático para la ciudad y un día muy importante para todos los aragoneses», declaró.