Más de 2.000 fragatinos se visten de gala para celebrar el Día de la Faldeta
● La ciudad vivió una multitudinaria fiesta de homenaje a sus tradiciones que atrajo incluso a turistas de Singapur
HUESCA. La ciudad de Fraga se vistió ayer de gala en el Día de la Faldeta y sacó a la calle lo mejor de su ropero para rendir homenaje a la vestimenta tradicional y recordar la indumentaria de las antiguas mujeres fragatinas. Más de 2.000 personas desfilaron en esta fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional, luciendo mantones, pañuelos, camisas de lino, capas, sombreros, alforjas y jubones, y los característicos moños de rosca y picaporte.
Los Peñeros Mayores de la Peña Fragatina, Laia Silvestre y David Montull, fueron los protagonistas recreando una boda que es el eje central de la fiesta, tras la cual desfila el cortejo nupcial. «Ha sido un gran honor, estoy muy feliz. Es un día que siempre he celebrado, desde niña, y este año con más orgullo», declaró la novia, ayer centro de todas las miradas. Portaba siete faldas superpuestas, un mantón de flores que en su familia ha pasado de generación en generación y el típico moño de picaporte que caracteriza el traje fragatino. Completó el atuendo con un rosario, y un abanico al que dio buen uso dada las elevadas temperaturas.
Desde la avenida de los Reyes Católicos, el público pudo ver cómodamente sentado el paso de la comitiva: los trajes de faena, de mudar o de novia, algunos con piezas de más de cien años. No faltaron los de viuda, los de las ‘dones de faldetes’, las yayas que con sus sayas negras dieron origen a la fiesta allá por el año 1977. Entonces, había un total de 214 mujeres que vestían a diario el traje típico. La última murió en 2007.
El tradicional recorrido por el casco antiguo se tuvo que variar por segundo año consecutivo para evitar las obras de recuperación del pozo de hielo del paseo del Segoñé. Y por la ciudad se pudieron ver 11 estampas de escenas cotidianas dedicadas a los gigantes, las ferias, un mondongo o la producción de los famosos higos de Fraga. Fue hace 30 años cuando se empezaron a montar para destacar aún más el carácter tradicional y costumbrista de la fiesta.
Entre el público llamaba la atención un grupo de Singapur, con el que el alcalde tuvo oportunidad de charlar. «Han venido a propósito para conocer el Día de la Faldeta. Espero que visitantes como ellos contribuyan a que la fiesta tenga todavía mayor repercusión», explicó Santiago Burgos. Ataviado también con indumentaria tradicional, el responsable municipal cree que este año se ha superado incluso la gran participación del 2022. «Ha sido brutal, espectacular, ha habido mucha gente en la calle vistiendo el traje, y además nos ha acompañado un tiempo magnífico».