Taty Castellanos retrata a un Madrid sin energía
● El delantero del Girona anota los cuatro goles de su equipo ante un rival muy frágil en defensa
GIRONA REAL MADRID
GERONA. Falto de la necesaria tensión competitiva y víctima de un puñado de desatenciones en la retaguardia que tuvieron como principal protagonista a un Militao irreconocible, el Real Madrid cayó goleado a manos de un Girona trepidante y elevó sus malos registros frente al conjunto catalán, el único rival en toda la historia de la Liga frente al que presenta un saldo deficitario. Se ha medido en seis ocasiones a los blanquirrojos en el torneo doméstico y en la mitad de ellas ha terminado hincando la rodilla. Un signo inconfundible de que en Montilivi le tienen tomada la medida.
Taty Castellanos, autor de un póker para la historia, ejerció como verdugo de un equipo que, con la cabeza puesta en la Champions y en la Copa del Rey, ofreció una imagen deplorable en el feudo del Girona. Los blanquirrojos, un satélite del Manchester City, mostraron el camino a los dueños del Etihad.
Los blancos, agarrados a las pedaladas de Vinicius, tomaron el mando de salida y pudieron adelantarse a raíz de un taconazo de Rodrygo, pero Juanpe salvó casi sobre la línea. Sin embargo, el Girona golpeó a la primera con un cabezazo de Castellanos. Poco después, un envío en largo de Arnau tras un saque de banda lanzó en estampida a Castellanos, que logró una hazaña homérica al rebasar en carrera a un Militao más optimista de la cuenta antes de batir a Lunin por bajo.
Pese a verse dos goles abajo cuando ni siquiera se había cumplido la media hora de partido, el Real Madrid se negó a bajar los brazos, una virtud que no osaría discutirle jamás ni su más acérrimo detractor. Vinicius alimentó la caldera con ese fuego que nutre su espíritu infatigable. Enfangado y mil disputas con los futbolistas del Girona y con la grada, el carioca supo bajar las pulsaciones lo necesario para marcarse un eslalon en el área que metió el miedo en el cuerpo a las huestes locales antes de que un centro de Asensio desde la derecha le sirviese al ex del Flamengo para recortar distancias rematando de cabeza.
No distrajo el revés a un Girona, que lejos de lamentarse dio otro zarpazo nada más regresar de vestuarios con otro gol de Castellanos. A pesar de la renta, los locales mantenían pisado a fondo el acelerador. Y Castellanos agrandó la herida ganándole otra vez la partida a un Militao desconocido para sellar el cuarto de cabeza y certificar, de paso, la permanencia del Girona. Descontó Lucas Vázquez en la recta final.