Heraldo de Aragón

Con los nervios a flor de piel

Núñez Feijóo, harto de hacer el papel de hombre tranquilo como John Wayne, finalmente se ha decidido por el ataque y en el debate del Senado ha pegado fuerte al presidente del Gobierno

- Por Pilar Cernuda

Los nervios deben estar a flor de piel en la Moncloa y en Génova, porque la campaña –aunque oficialmen­te no ha empezado– es a muerte.

El 28-M se deciden ayuntamien­tos y gobiernos regionales, pero para ganar las generales es imprescind­ible tener un excelente resultado el último domingo de mayo. Pedro Sánchez va a degüello contra Núñez Feijóo desde hace tiempo; y Feijóo, harto de hacer el papel de hombre tranquilo, como John Wayne, finalmente se ha decidido por el ataque y en el debate del Senado ha pegado fuerte al presidente de Gobierno.

Un presidente que ofreció su peor cara, con esa irritante sonrisa con la que intenta siempre desacredit­ar a sus adversario­s, como si fueran analfabeto­s funcionale­s frente a él, un político admirado y admirable, que se mueve en las esferas inalcanzab­les para cualquier otro dirigente. Es la sonrisa propia de quien no tiene argumentos para rebatir los de aquellos a quienes desprecia. Habrá quien diga que el presidente del Gobierno machacó a Feijóo; siempre hay gente ‘pa tó’, como decía el torero. Pero solo con esa sonrisa chulesca, irrespetuo­sa, impropia de un personaje con una mínima educación. Pedro Sánchez demostró la precarieda­d de su talla personal y política.

Ha encontrado donde morder con el caso Doñana, que es probable que Juan Manuel Moreno no lo haya abordado con una estrategia convincent­e, pero ya están apareciend­o datos en Bruselas que recuerdan que ese asunto colea desde los tiempos de la Junta socialista, que hubo multas por la gestión de Doñana antes de que Moreno fuera presidente, y que también se elaboraron informes muy críticos con las iniciativa­s que se tomaban sobre el parque natural. Cuando enarboló Sánchez su otra bandera, la de la vivienda, le pasó lo peor que le puede pasar a un presidente: que su promesa de las 20.000 viviendas más ha sido recibida con el regocijo que se reserva para los chistes de un humorista. Ahí se encontró a un Feijóo respondón que le ofreció detalles sobre cómo se ponen en el mercado viviendas asequibles, con los números de cómo lo hizo en Galicia.

Mentir es ya habitual en el presidente, no sorprende así que decidiese abrir un debate sobre política internacio­nal para lucirse, porque es evidente que en esa esfera se mueve mucho mejor que Feijóo. No solo porque habla inglés –importa mucho– sino porque como presidente lleva años relacionán­dose con dirigentes de todo el mundo y acude a importante­s foros. Sin embargo, Feijóo supo manejarse, sacando algunas de las vergüenzas del Gobierno en esa materia. Porque hay decisiones de política exterior que nunca debieron tomarse, y que necesitan ser explicadas para que la imagen del presidente quede libre de sospecha.

Nos espera un mes en el que los problemas con Podemos no le van a quitar el sueño a Pedro Sánchez. Pero puede quitárselo un Feijóo que, aparenteme­nte, ha decidido abandonar la pasividad de los últimos tiempos y pega donde más duele.

«La promesa de otras 20.000 viviendas ha sido recibida con el regocijo que se reserva para los chistes»

«Aparenteme­nte, Feijóo ha decidido abandonar la pasividad de los últimos tiempos»

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