El Gobierno sacará hoy la ley de vivienda con pulso PSOE-Podemos por rentabilizarla
● Sánchez advierte a las comunidades lideradas por el PP de que «deberán cumplir» con la nueva norma
El Congreso dará luz verde hoy a la ley de vivienda tras las 41 enmiendas pactadas por el PSOE con Unidas Podemos, ERC y Bildu la semana pasada. Se trata de la primera norma de ámbito estatal de la historia de la democracia en esta materia, pero nace con reticencias tanto en el bloque de la investidura –de socios como el PNV y con los morados advirtiendo a sus aliados socialistas de que debe «cumplirse en su totalidad»– como en distintos territorios a los que compete la regulación. Madrid y Andalucía, ambos en manos del PP, ya han alentado la posibilidad de recurrir al Tribunal Constitucional por invasión de competencias.
La propia líder de Podemos, la ministra Ione Belarra, decidió en el día previo a la aprobación definitiva de la norma sacar la artillería contra el PSOE y, entre otros asuntos, advirtió a Pedro Sánchez de que la nueva ley –que elimina el IPC como índice de referencia para la actualización anual de los contratos de arrendamiento y fija un tope a las subidas del alquiler del 3% en 2024 entre otras medidas– debe estar aprobada «cuanto antes». La dirigente morada quiso dejar claro que tanto ella misma como su formación van a estar «vigilantes desde el primer momento para que se cumpla hasta la última coma antes y después de las elecciones», una alusión velada a lo que pueda derivarse del escrutinio del 28-M.
La también ministra de Dereri chos Sociales y Agenda 2030 quiso rebajar desde los pasillos del hemiciclo la euforia del PSOE a raíz del anuncio de Sánchez, que seguía a otros dos en apenas diez días, sobre la construcción de 20.000 viviendas públicas en terrenos del Ministerio de Defensa. Lo «importante», sostiene Belarra, pasa por ampliar el parque público de vivienda y «corresponsabilizar» a los grandes propietarios y promotores a que contribuyan a él, dado que se han eximido de esa responsabilidad, a su juicio, durante décadas. «La mejor forma de ampliar el parque público de vivienda protegida es hacer cumplir la ley de vivienda hasta la última coma», zanjó.
Aunque un escollo incluso mayor para los socialistas a la hora de rentabilizar la norma que el presidente del Gobierno ha convertido en uno de los ejes de la carrera hacia el 28 de mayo son los recelos –con el argumento de la eventual vulneración de las prerrogativas del autogobierno–, no solo de las regiones en poder del PP, sino también de otras gobernadas por sus propios aliados. Es el caso del PNV y el lendakavasco, Iñigo Urkullu, quien está al frente de un gabinete en coalición con los socialistas que sí apoyan la nueva reglamentación. Los peneuvistas ya han puesto pie en pared ante lo que interpretan como un ataque al marco competencial propio.
División en el soberanismo
Las negociaciones entabladas por Podemos con el partido de Andoni Ortuzar sobre su propuesta para acotar los pisos turísticos no han fructificado en un acuerdo con los socialistas. El PNV se reserva el sentido de su voto, que anunciarán este mismo jueves, con el apoyo totalmente descartado que sí otorgan a la iniciativa ERC y EH Bildu.
El mismo argumento, el de la invasión de competencias, ha sido empleado también por regiones en manos de los populares como las citadas Andalucía o Madrid –sobre todo la liderada por Isabel Díaz Ayuso, quien sigue abanderando el frente de batalla contra Sánchez–. Ayer, el líder socialista lanzó una advertencia a los de Alberto Núñez Feijóo al respecto. «Ya le puede ir diciendo a sus comunidades autónomas que se va a cumplir la ley en todos y cada uno de los territorios de este país», le espetó a Cuca Gamarra, portavoz del PP, en la sesión de control al Gobierno.
Un aviso que los populares desdeñan escudándose en que el marco competencial de la ley es autonómico, al tiempo que ven electoralistas y «contraproducentes» las medidas aireadas por el presidente. La situación del mercado inmobiliario, como había ocurrido la víspera en el cara a cara de Sánchez y Feijóo en el Senado, atravesó ayer el pleno del Congreso. «La única política de vivienda» que le interesa a Sánchez es «seguir residiendo en Moncloa», ironizó.