Heraldo de Aragón

El Rayo vuelve a sorprender

● El Barça tropieza ante el conjunto de Vallecas por cuarta vez consecutiv­a

- DANIEL PANERO

Rayo Vallecano:

Dimitrievs­ki, Balliu, Catena, Lejeune, Fran García, Unai López (Chavarría, 80), Óscar Valentín (Mumin, 89), Trejo (Pathé Ciss, 63), Isi, Álvaro García (Salvi Sánchez, 80) y Camello (Raúl de Tomás, 89).

Barcelona:

Ter Stegen, Koundé, Araujo, Marcos Alonso (Jordi Alba, 57), Balde, De Jong (Eric García, 80), Pedri (Kessié, 68), Gavi, Raphinha, Lewandowsk­i y Ferran Torres (Ansu Fati, 57).

Goles:

1-0, minuto 19: Álvaro García. 20, minuto 53: Fran García. 2-1, minuto 83: Lewandowsk­i.

Árbitro:

Gil Manzano (Extremeño). Amonestó a Balde, Jordi Alba, Gavi, Raphinha y Dimitrievs­ki.

Incidencia­s:

Partido correspond­iente a la 31ª jornada de Liga, disputado en el Estadio de Vallecas ante 14.000 espectador­es. El Barça tropezó una vez más con el Rayo, y ya van cuatro veces consecutiv­as. El conjunto que dirige Andoni Iraola se impuso al líder de la Liga en Vallecas en un partido en el que controló el centro del campo y en el que asestó dos golpes letales en los inicios del primer y el segundo tiempo. Los goles de Álvaro y Fran García dejaron en nada el tanto de Robert Lewandowsk­i en la recta final y castigaron a un Barça que ha encontrado la horma de su zapato en campo del Rayo.

Vallecas tenía ganas de aguar una vez más la noche al Barcelona y se notaba en el ambiente de gala que se encontraro­n los dos equipos. Gradas pobladas, mosaico y una fiesta acorde al rival y al objetivo de certificar la salvación. Era una atmósfera digna de una final y a eso se tuvo que adaptar un Barça que salió con todo lo que tenía a su disposició­n, pero sobrepasad­o por el vértigo rayista. Xavi puso en liza un 4-3-3 con la zaga de gala a la espera de Christense­n, aún lesionado, con Frenkie de Jong en lugar del sancionado Busquets y con Ferran Torres como gran novedad en la punta de lanza junto a Raphinha y Lewandowsk­i. El plan del técnico catalán pasaba por ser protagonis­tas con balón pero no desechar cualquier envío en largo ante la más que probable presión en campo contrario diseñada por Iraola.

Ese escenario se cumplió. El Rayo hizo buena su fama de ‘equipo pesado’, tal y como lo catalogó Xavi en la previa, y salió con el cuchillo entre los dientes. Así llegó un aviso de Isi Palazón nada más empezar, un susto con un mano a mano de Camello que desbarató Ter Stegen y el gol que derribó el muro culé después de una transición que Álvaro García culminó con un zurdazo inapelable a la cepa del poste. Los de Iraola ya sabían el camino después de tres partidos sin conocer la derrota ante los culés y ahora, además, habían conseguido lo más difícil, derribar a un equipo que solo había encajado nueve goles en treinta partidos. Cumplida esa misión, los franjirroj­os se dedicaron a resistir las acometidas de los culés. Lo hicieron fieles a su estilo, sin replegarse y mordiendo arriba siempre que podían. Así llegaron al descanso con apenas una ocasión a la carrera de Lewandowsk­i que paró Dimitrievs­ki y un gol anulado al polaco por fuera de juego cuando ya se avecinaba el regreso a los vestuarios, poca producción para un Barça espeso en la circulació­n y que estaba obligado a reaccionar de inmediato para evitar el cuarto pinchazo consecutiv­o ante el Rayo.

Tras la reanudació­n, los malos presagios de los de Xavi se cumplieron en un nuevo arrebato del Rayo. Los franjirroj­os regresaron del vestuario con la misma presión adelantada con la que empezaron el choque y en un abrir y cerrar de ojos habían vuelto a dejar en evidencia a la mejor defensa de Europa en un nuevo error en la salida desde atrás de los culés. Fran García salió de su posición para apretar a Frenkie De Jong, provocó el fallo del neerlandés y en apenas un instante se plantó ante Ter Stegen para batirle por bajo y detonar un Estadio de Vallecas que se pellizcaba ante una nueva noche mágica de los suyos. Fue el justo premio para un Rayo que en ningún momento se atrincheró con la ventaja en el marcador y que tuvo en todo momento el control del choque gracias al trabajo infatigabl­e Unai López, Óscar Valentín y Trejo, tres jugadores con mono de trabajo y batuta en la medular.

Para entonces el Barça ya estaba desquiciad­o. Los de Xavi tenían problemas para sacarse de encima la presión del Rayo, no encontraba­n la manera de romper líneas y los jugadores más desequilib­rantes parecían enjaulados. Ni rastro de Lewandowsk­i, Raphinha, o Ferran Torres. Ante este escenario, Xavi movió ficha con la entrada de Jordi Alba, Ansu Fati, Kessié, Pablo Torres y Eric García, un repóquer de cambios que sentó bien a su equipo, pero que llegó demasiado tarde. El solo Barça recortó distancias.

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ÓSCAR J. BARROSO/EP Isi Palazón celebra la victoria del Rayo ante el Barcelona, en el estadio de Vallecas.
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