«Mi trabajo representa con fuego la pasión por el arte que tenía el pintor aragonés»
BUSTOS DE GOYA Un año más, las esculturas del ilustre artista zaragozano sirven de lienzo para dar rienda suelta a la creatividad de las nuevas generaciones de artistas locales y a sus respectivas reinterpretaciones de la obra de Goya, que pueden contemplarse en la plaza de la Seo durante las próximas semanas
La magia de la obra de Goya, concretamente la asociada a las criaturas de su etapa pictórica más oscura, ha sido el punto de partida de Jorge Gecko a la hora de reinterpretar y decorar uno de los bustos del genio aragonés que estos días se exponen en el centro de la ciudad.
Sin embargo, el resultado es un evidente juego de contrastes, pues está teñido de vivos colores que forman parte del imaginario y la personalidad de este ilustrador zaragozano y que soportan un diseño estructurado en dos partes: «La parte de abajo de la cabeza representa con fuego la pasión por el arte que tenía el pintor aragonés, mientras que en el sombrero, he optado por incluir a unos personajes de mi estilo, que ponen un toque divertido y de humor». Entre todos ellos, destacan los que ya son marca de la casa: el Lagarto Paco y la Pata Limonada. El primero de ellos con un pincel en la mano, de donde sale toda la creación.
El propio autor admite, de hecho, que es fácil asociar la decoración del busto a su trabajo anterior. Los tonos, las figuras y la apuesta por el ‘cartoon’ se encargan de que sea fácilmente reconocible y en eso ayudará tener de referencia el pasado cartel de las Fiestas del Pilar que, hasta la fecha, ha sido el diseño con mayor repercusión del ilustrador.
Jorge Gecko recuerda haber estado en Fuendetodos de niño y estudiar en algún momento algunas de las obras de Goya. También recuerda la impresión que le causó descubrir su cuadro de ‘Saturno devorando a su hijo’. No obstante, este encargo le ha obligado a documentarse de nuevo para conocer más acerca del afamado pintor.
El autor reconoce sentirse muy ilusionado con esta exposición en su propia ciudad, que le permite «un proceso creador más manual y dinámico». Al principio pensó en utilizar el grafiti para la escultura, pero decidió finalmente que la pintura mural y la brocha, así como los rotuladores acrílicos, le darían mejor resultado a la hora de plasmar su idea, como, sin duda, así ha sido.