La multiplicación de los panes y los pisos
Durante su última aparición en el Senado, Pedro Sánchez prometió 20.000 nuevas viviendas públicas en suelo del Ministerio de Defensa. Feijóo se burló de la promesa diciendo que esto parece el «milagro de los panes y de los pisos». Se refería a la multiplicación de los panes y los peces, uno de los milagros de Jesús, quien, con una pequeña cantidad de comida dio de comer a muchas personas. Haría falta ahora un Mesías que, ante la subida diaria de precios de la alimentación, reprodujera ese milagro en la cesta de la compra de muchas familias. Sería estupendo que en cada supermercado hubiera un Jesús en lugar de un vigilante que multiplicara los alimentos básicos en cada cesta, encontrándonos al llegar a casa con que el contenido hubiera aumentado y nos diera como resultado una cesta mucho más completa. Jesús hizo milagros más complicados que el de la multiplicación de los panes y los peces, que parece un truco de magia, como la curación de varios paralíticos, ciegos y leprosos, entre otros no menos espectaculares y oportunos. Parecido al milagro de los panes y los peces fue la conversión del agua en vino en las bodas de Caná a petición de su madre, María. En este caso, fue una ganga para los casados, que tuvieron abundancia de vino sin sobrecoste. Hoy, a falta de Mesías milagrero, hay que conformarse con las buenas intenciones de los gobernantes y creer en sus promesas. Esa multiplicación de pisos de la que se burlaba Feijóo se hará pagando a Defensa un justiprecio, ha dicho la ministra Margarita Robles. No será un milagro sino un pago en toda regla. Sánchez ya había prometido antes 50.000 viviendas de la Sareb. Jesús también realizó varias veces el milagro de la multiplicación de los panes. En estos tiempos de sequía esperamos otro milagro, el de la multiplicación de las lluvias.
Antonio Nadal Pería ZARAGOZA