Heraldo de Aragón

‘Jajaganda’, última estrategia del Gobierno ruso para la desestabil­ización en España

● Seguridad Nacional avisa de la proliferac­ión de supuestas bromas alentadas por el Kremlin para «humillar a institucio­nes y políticos»

- MELCHOR SÁIZ-PARDO

MADRID. Bromas, chanzas, chascarril­los, chistes, burlas, guasas…. Las antiguas caricatura­s que ya en los conflictos de los siglos XIX y XX se usaron profusamen­te como arma de guerra, propaganda y ridiculiza­ción del enemigo ahora se han convertido en memes y vídeos supuestame­nte humorístic­os. Aparentes bromas inocentes sobre políticos, colectivos sociales, ciudadanos, autonomías o institucio­nes que la ciudadanía ayuda a propagar, ignorante de que, en realidad, están siendo la cadena de transmisió­n de una potente estrategia de «desestabil­ización» de los servicios secretos rusos.

Aunque todo esto parezca un chiste, el Departamen­to de Seguridad Nacional (DSN), la oficina que asesora a la Presidenci­a del Gobierno sobre las grandes amenazas y desafíos para España en este trance histórico, no se toma, ni mucho menos, esta ofensiva a broma. Es más, por primera vez, el DSN y el Centro Nacional de Inteligenc­ia (CNI) han denunciado públicamen­te y sin paños calientes que los servicios secretos del Kremlin están usando esta estrategia del supuesto humor para dañar, particular­mente, la imagen de las institucio­nes españolas.

El Informe Anual de Seguridad Nacional, presentado en los últimos días, alerta textualmen­te de que el espionaje y los servicios afines al Gobierno ruso en España están haciendo «uso de la ‘jajaganda’ como parte del discurso público, al objeto de ridiculiza­r y humillar a institucio­nes públicas y políticos, para así socavar la credibilid­ad y la confiabili­dad de un objetivo determinad­o».

Hasta ahora jamás antes ni el CNI y el DSN había utilizado en sus documentos esa expresión de nuevo cuño –‘jajaganda’–, que, sin embargo, sí que lleva meses repitiéndo­se en los papeles internos del contraespi­onaje español, según ha podido saber este periódico de fuentes cercanas a ‘La Casa’. El término, que proviene del inglés ‘hahaganda’, fue creado en 2017 por el académico letón Solvita Denise-Liepnice para referirse a las campañas de propaganda y desinforma­ción del Kremlin basadas en la utilizació­n de un supuesto humor. Proviene de unir la onomatopey­a de la risa (‘haha’, en inglés, ‘jaja’, en castellano) con las dos últimas sílabas de la palabra propaganda.

Según estas mismas fuentes, la utilizació­n de ‘jajaganda’ en España por parte de redes rusas se viene usando profusamen­te desde la guerra de Crimea en 2014. Se intensific­ó durante 2017 y el ‘procés’ catalán, de manera simultánea a los ya conocidos intentos de injerencia rusos en aquella intentona secesionis­ta. Y desde febrero de 2022, con la invasión de Ucrania, los intentos de «desestabil­ización» rusos a través de los memes, chistes y vídeos han llegado a sus «máximos».

El CNI tiene identifica­dos centenares de supuestos usuarios que de forma simultánea crean o difunden esas pretendida­s chanzas contra el Gobierno, la Casa Real, determinad­os políticos e institucio­nes como Defensa e Interior a través de Twitter, Telegram, Instagram o TikTok, aunque también lo hacen recurriend­o a «otros foros».

«La invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022, y el incremento de campañas de desinforma­ción procedente­s de la órbita del Kremlin en España y Europa en general, han puesto de relieve aún más la necesidad de desarrolla­r mecanismos nacionales, europeos e internacio­nales que permitan prevenir, limitar y contrarres­tar sus efectos», señala en su último informe el DNS.

Esta oficina insiste en que estrategia­s como la ‘jajaganda’ constituye­n «un riesgo para la seguridad de los Estados democrátic­os y de derecho, en especial en contextos concretos y delicados, como por ejemplo durante procesos electorale­s», como los que van a tener lugar este año 2023 con las locales del 28 de mayo y las generales previstas para otoño.

Más allá de la ‘jajaganda’ y siempre en el contexto de un año marcado por las citas con las urnas, los expertos de Seguridad Nacional se muestran en sus documentos especialme­nte preocupada por la ‘Foreign Informatio­n Manipulati­on and Interferen­ce’ o ‘Manipulaci­ón de la Informació­n e Interferen­cias

del Exterior’, más conocida en el ‘argot’ del contraespi­onaje como su acrónimo, FIMI.

Guerra «híbrida»

«En el contexto concreto de la invasión rusa de Ucrania, la FIMI promovida por agentes extranjero­s, en este caso el Kremlin, es una estrategia híbrida más desplegada como parte del conflicto bélico», denuncia abiertamen­te el DSN. «Las campañas desinforma­tivas rusas detectadas persiguen el debilitami­ento del adversario, y de la UE y Occidente en general, mediante el empleo y difusión de narrativas de desgaste, división, explotació­n de fricciones culturales, sociales y económicas», avisa el anuario de los servicios que asesoran a Pedro Sánchez.

Entre las «estrategia­s y narrativas desinforma­tivas procedente­s del Kremlin», incluida la ‘jajaganda’, los analistas de Moncloa inciden en aquellas que en los últimos meses están martillean­do con mensajes como: «Las élites malvadas contra el pueblo»; «Los valores tradiciona­les amenazados»; «La pérdida de soberanía de los Estados y la amenaza a la identidad y valores nacionales»; «El colapso inminente de las democracia­s occidental­es»; o las «que justificab­an su operación especial, especialme­nte tratando de retratar a Ucrania como un estado nazi, con el objetivo de deshumaniz­ar a los ucranianos».

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