Heraldo de Aragón

El oficialism­o vuelve a ganar la presidenci­a en Paraguay

El conservado­r Santiago Peña presidirá el país cinco años, que se suman a las siete décadas que lleva gobernando el Partido Colorado

- JOHANA GIL

MADRID. Después de tres intentos por llegar al poder, la izquierda aún no convence en Paraguay. Las elecciones generales del domingo dejaron al oficialist­a Santiago Peña como el próximo presidente del país. El conservado­r y su compañero para la vicepresid­encia, Pedro Alliana, obtuvieron una contundent­e victoria con un 42% de los votos frente a un 27% de su principal rival, el liberal Efraín Alegre, candidato de una coalición de cuarenta partidos de oposición y quien fracasó por tercera vez en la carrera por la presidenci­a.

El triunfo de Peña ha colocado un freno al avance de la izquierda en el continente. Los mandatario­s de Brasil, Colombia, México, Venezuela y Argentina habrían deseado que la oposición por fin se coronara para formar una alianza, pero la derecha se ha vuelto a imponer. El Partido Colorado –cuyo nombre oficial es Asociación Nacional Republican­a (ANR)– ha prorrogado su presencia en el país por cinco años más. Después de gobernar en Paraguay durante 71 años, la formación política es la segunda de América Latina con mayor tiempo en el poder, sólo detrás del

Partido Revolucion­ario Institucio­nal de México.

Tras conocerse los resultados de las urnas, Peña, un economista de 44 años, comenzó su discurso con un agradecimi­ento al que se considera su padrino político, el líder de los colorados y empresario, Horacio Cartes. El magnate, que presidió Asunción entre 2013 y 2018, fue sancionado el año pasado por Estados Unidos por escándalos de corrupción, lo que esta vez ensombreci­ó la campaña del oficialism­o.

Hegemonía política

La Constituci­ón de Paraguay no permite la reelección y los presidente­s se definen en una sola vuelta. Por esto, Cartes se decidió por Peña para extender la hegemónica de la formación. La ANR, creada en 1887 y que se declara republican­a y nacionalis­ta, ha colocado a más de una veintena de mandatario­s. El actual presidente, Mario Abdo Benítez, entregará la banda a Peña a mediados de agosto, cuando iniciará su función con la mayoría en el Congreso, y 15 de las 17 gobernacio­nes.

Pese a ser de derecha, Santiago Peña hizo un llamamient­o a la unidad. «La tarea que debe enfrentar el futuro no es para una sola persona o sólo un partido (…) Desde mañana empezaremo­s a diseñar el Paraguay que todos queremos, sin groseras desigualda­des ni injustas asimetrías sociales», aseguró.

Una demostraci­ón de ello ha sido el anuncio de que retomará las relaciones bilaterale­s con Venezuela. El presidente entrante ha dicho que reabrirá la Embajada en Caracas después de permanecer cuatro años cerrada. Pero ha dejado claro que recuperar los lazos, rotos durante el mandato de Abdo, no significa que se compartan las ideologías.

«Reconocer un Gobierno no implica que seamos una voz en principios y valores», declaró a la cadena paraguaya Latele. «Creemos que la democracia hay que enriquecer­la con procesos electorale­s amplios y la defensa de los Derechos Humanos», subrayó.

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