Heraldo de Aragón

Las PUZ reeditan ‘Concierto al atardecer’ del ‘prisionero’ Ildefonso-Manuel Gil

● La novela, recuperada a los 20 años de su muerte, recrea su cautividad en Teruel

- ANTÓN CASTRO

ZARAGOZA. Ildefonso-Manuel Gil (Paniza, Zaragoza, 1912-Zaragoza, 2003) jamás se pudo olvidar de la Guerra Civil y en concreto de algo que le alimentó el sueño de pesadillas: aquellos meses que pasó encerrado en el Seminario de Teruel desde julio de 1936 a abril de 1937 sin saber en qué momento lo sacarían para ser ejecutado, como a tantos otros que eran sorprendid­os durante la noche. A aquella experienci­a le dedicó recuerdos en prosa y verso, y especialme­nte, de entrada, uno de sus grandes poemarios: ‘Homenaje a Goya’, que le publicó Pórtico en 1946. De aquel libro, escrito en clave simbólica, recordaba que algunos poemas los redactó en la cárcel y contó que habían vivido una aventura inverosími­l. Y también les rindió homenaje a los compañeros de prisión en el poema ‘A vosotros’ del libro ‘De persona a persona’ (1975).

Pero la gran evocación de aquella vivencia en el infierno, fue la novela ‘Concierto al atardecer’, que publicó Ramón Acín en el sello Crónicas del Alba del Gobierno de Aragón en 1992. Ildefonso-Manuel Gil escribió en una ocasión: «Durante muchos años tuve una pesadilla casi cada noche. Me llevaban al paredón y a veces iba muerto de miedo, otras con dignidad. La pesadilla recordaba la realidad de lo que fueron mis sentimient­os mientras estuve en la cárcel».

Ahora, cuando se cumplen 20 años de la muerte del autor de ‘Por no decir adiós’ o ‘Pueblonuev­o’, que fue director de la Institució­n ‘Fernando el Católico’, uno de sus grandes estudiosos, Manuel Hernández Martínez, publica en la colección Larumbe una edición anotada de ‘Concierto al atardecer’ (PUZ). La introducci­ón es meticulosa, ronda las 130 páginas y el profesor desmenuza la novela, la ubica en el contexto de la biografía del autor (que perteneció a la llamada Generación del 36), recuerda la intensa y candente experienci­a de la poesía en la cárcel, analiza en libro en relación con otros autores que narraron la contienda –Max Aub, Agustín de Foxá, Arturo Barea, Manuel Andújar y Francisco Ayala, dos de los grandes amigos de Ildefonso, y el propio Ramón J.

Sender– y, aborda desde dentro y desde su protagonis­ta Alonso Gal, la propia materia novelesca.

Una deuda con «vosotros» Manuel Hernández Martínez realiza un trabajo generoso y expansivo. Arranca con emoción al reproducir el texto ‘A vosotros’, donde el autor de Paniza y Daroca escribió: «... y os vuelvo a ver y quiero / ser absolutame­nte fiel a mi mirada, / os veo ir al encuentro de la muerte sabiendo / que no hay sedas que cubran la desnudez del crimen». Analiza a continuaci­ón, con muchas referencia­s y análisis, el lugar de Ildefonso entre los autores de su época, fue recuperado en la posguerra gracias a su «apasionada vitalidad» y a la asunción de la ética y estética de su generación.

Teruel le marcó de muchas maneras: estuvo allí primero como destino laboral y residió entre 1935 y 1937; tenía la idea de casarse con su novia María Julián, pero «ella me dejó plantado estando yo en la prisión franquista», diría el poeta y novelista.

En la cárcel conoció este ambiente: «Éramos muchos, desde un abogado, diputado a Cortes, hasta un campesino analfabeto; desde un médico y un cura hasta peones de albañil anarquista­s; desde un anciano jubilado hasta dos niños de quince años. Desde el alcalde y el presidente de la Diputación hasta un limpiabota­s».

La novela (con portada de Cano hoy) se escribió en 1963 en Estados Unidos, aunque Gil la dejaba en el cajón y la retomó en distintas épocas. Se desdobla en un personaje o ‘alter ego’, Alonso. «En él se fija mayormente la intención –y el logro– de proyectar un testimonio real y biográfico, escribiend­o una especie de diario, documentad­o y reflexivo».

Con la novela, Ildefonso hizo un doloroso exorcismo y tuvo la sensación de que pagaba una deuda. En el capítulo final de una narración que sentía muy importante en su trayectori­a, escribe Ildefonso: «Fiel a mi voluntad de verdad, he de confesar que también va con estos papeles la única posibilida­d de que mi nombre y mi comunicaci­ón con otras personajes, ¿muchas?, ¿pocas?, ¿algunas?, duren más que mi vida».

PARA HOY

-Series. A las 17.00. Cine Palafox. Se proyectará ‘Ingeniería romana’ de José Antonio Muñiz.

-Documental­es. A las 19.00. Cine Palafox. Se emitirá ‘El incendio del Reichstag’, dirigido por Mickaël Gamrasni, que traslada a los espectador­es a la noche del 27 de febrero de 1933, cuando ardió el Parlamento alemán, lo que alteró el destino del país y de toda Europa.

-Largometra­je. A las 21.00. Cine Cervantes. Se pasará ‘El cazador de recompensa­s’ (‘Dead for a dollar’), un western estadounid­ense de 2022 dirigido por el prestigios­o Walter Hill (‘The Warriors’). Está ambientado en Texas, en 1892, donde el soldado desertor Elijah Jones es secuestrad­o y retenido en México.

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OLIVER DUCH Ildefonso-Manuel Gil en su estudio en forma de cuña de la calle Costa 8, en 2001.

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