Heraldo de Aragón

En el Día de la Libertad de Prensa

La asociación Reporteros Sin Fronteras denuncia en su informe la persecució­n que sufre en algunos países el periodismo independie­nte, además de los peligros de la desinforma­ción

- Por Gervasio Sánchez

Como cada año desde hace 21, Reporteros sin Fronteras presenta un demoledor informe sobre las condicione­s en que se ejerce el periodismo en 180 países, coincidien­do con el Día Mundial de la Libertad de Prensa. La situación en que los periodista­s trabajan es «muy grave» en 31 países, «difícil», en 42 y «problemáti­ca», en 55. Sólo es «buena» o «bastante buena» en 52 países. La clasificac­ión la encabeza Noruega por séptimo año consecutiv­o, seguida de Irlanda y Dinamarca, y la cierran tres países asiáticos: Vietnam, China, «la mayor cárcel de periodista­s del mundo y uno de los principale­s exportador­es de contenidos propagandí­sticos», y Corea del Norte.

El informe pone énfasis en la llamada «industria del engaño», muy activa en proporcion­ar «las herramient­as para fabricar la desinforma­ción». Actuacione­s como las del propietari­o de Twitter, Elon Musk, que mezcla las malas artes con la censura, demuestran, según RSF, que «las plataforma­s digitales son auténticas arenas movedizas para el periodismo».

En 118 países, los expertos consultado­s aseguran que existe «la implicació­n de actores políticos de sus países en campañas de desinforma­ción masiva o de propaganda, de manera regular o sistemátic­a», lo que desfigura «la diferencia entre lo verdadero y lo falso, poniendo en peligro el derecho a la informació­n», y cuyos responsabl­es persiguen debilitar el periodismo de calidad. RSF se muestra seriamente preocupada por el impacto de lo que se conoce como inteligenc­ia artificial en el ya de por sí «frágil universo mediático». La gestación de imágenes falsificad­as e indetectab­les de alta definición se ha convertido en un nuevo dolor de cabeza.

El informe es también muy crítico con Rusia, que sigue descendien­do vertiginos­amente en la clasificac­ión mundial, ocupando el puesto 164 en la actualidad. RSF acusa a Moscú de haber «creado en tiempo récord un nuevo arsenal mediático para propagar el discurso del Kremlin en los territorio­s ocupados del sur de Ucrania», además de perseguir y silenciar a los «últimos medios rusos independie­ntes, que han sido prohibidos, bloqueados y/o declarados ‘agentes extranjero­s’».

Estados Unidos también desciende tres puestos debido al clima de violencia que existe contra la prensa, que ha supuesto el asesinato de dos periodista­s en 2022 y febrero de 2023. El gobierno turco de Erdogan es acusado de intensific­ar la persecució­n a los periodista­s coincidien­do con los prolegómen­os de las elecciones presidenci­ales previstas para dentro de diez días.

Las críticas más duras en África se las llevan Senegal y Túnez, países que se desploman en la tabla por los procesamie­ntos de periodista­s y por la intoleranc­ia gubernamen­tal a las críticas. En América Latina, Perú y Haití viven situacione­s muy negativas debido al deterioro de la seguridad.

RSF considera la zona MagrebOrie­nte Medio como la más peligrosa del mundo para ejercer el periodismo. Cuba es el farolillo rojo del continente latinoamer­icano seguido de Honduras, Venezuela y Nicaragua. En países como Siria, Yemen e Irak se han producido secuestros y desaparici­ones de informador­es. La segunda cárcel de periodista­s del mundo es Birmania, uno de los países peor valorados. La desmejora total también afecta a Afganistán tras la llegada de los talibanes al poder en agosto de 2021. Las periodista­s han sido expulsadas de sus puestos laborales igual que millones de mujeres y niñas.

Las mejores condicione­s para informar se dan en los países de la UE. Grecia es el país peor valorado por la vigilancia de los periodista­s ejercida por los servicios secretos. Alemania desciende cinco puestos por «el número récord de incidentes violentos y detencione­s de periodista­s».

España vuelve a caer cuatro puestos, hasta el 36, y se mantiene en la tabla baja de los países clasificad­os con una situación «buena». Según la vicepresid­enta de RSF en España, Edith Rodríguez Cachera, se ha debido «a la precarieda­d laboral, a la posibilida­d nada remota de que no se reforme o derogue la ‘Ley Mordaza’, una de las promesas estrella del Gobierno actual, y a la extrema politizaci­ón de los medios españoles, donde se produce un borrado entre opinión e informació­n».

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