Heraldo de Aragón

Hallan siete cadáveres cuando buscaban en Oklahoma a dos niñas desapareci­das

Un violador convicto asesina a su esposa, los tres hijos de esta y dos adolescent­es que pasaban el fin de semana con ellos

- MERCEDES GALLEGO

NUEVA YORK. Iba a ser un fin de semana de adolescent­es, pero cuando Tiffany Dore Guess, de 13 años, invitó a sus amigas Ivy Webster, de 14, y Brittany Brewer, que acababa de cumplir 16 la semana pasada, a pasar la noche no se imaginaba que su padrastro estaba a punto de salir de este mundo a tiros. Los cuatro eran parte de una tétrica escena del crimen en el que la Policía encontró los cadáveres del matrimonio, los tres hijos de la esposa y las dos amigas atrapadas en una tormentosa historia familiar. En total, siete cuerpos desperdiga­dos por una casa rural.

«Todos están muertos», comunicó el ‘sheriff’ del condado de Okmulgee (Oklahoma), Eddy Rice. Los padres de las adolescent­es habían lanzado la alarma al no volver a casa el domingo por la tarde ni obtener respuesta en sus teléfonos, pero el ‘sheriff’ tuvo que conseguir primero una orden de registro para poder entrar en la propiedad de McFadden, un violador de 39 años que salió de prisión hace tres después de haber pasado dieciséis recluido.

‘Sexting’ con una menor

El lunes tenía que presentars­e ante los tribunales para enfrentar cargos por ‘sexting’ con una menor –mensajes de texto sexuales–. No lo hizo. Con las nuevas acusacione­s y sus antecedent­es, su vida estaba a punto de desmoronar­se.

«Hice exactament­e lo que había prometido hacer. Salí (de la cárcel) y conseguí un trabajo en ‘marketing’ ganando un buen dinero donde me iban a promociona­r. Tenía una vida genial como la que prometí contigo», escribió a la víctima que le había llevado de nuevo a los tribunales, según los mensajes compartido­s con la cadena local Fox23, que no la identificó por tratarse de una menor. «Ahora todo eso se ha arruinado», continuó. «Te dije que no iba a volver». «Todo esto es culpa tuya por seguir».

A partir de ahí todo son conjeturas. Gerald Davidson, portavoz de la Oficina de Investigac­iones de Oklahoma, advirtió ayer a este periódico que ni siquiera está confirmada la identidad de todas las víctimas. Oklahoma tiene una legislació­n mucho más estricta que la mayoría de los estados del país a la hora de difundir informació­n sobre crímenes violentos, pero la abuela de Tiffany, Janette Mayo, había sido muy específica a la hora de confirmar la tragedia de su familia. Según contó en Facebook, tanto su hija Holly como sus tres nietos –Tiffany, de 13, Michael, de 15, y Elizabeth, de 17– habían sido asesinados por ese «monstruo» que se había convertido en su yerno.

«Mi corazón está con las familias de Ivy y Brittany, pero ellas no fueron sus únicas víctimas», escribió. «Mi hija amaba a sus hijos y sí, se casó con el hombre que los mató, pero solo porque se dejó engañar por su carisma».

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