El Barça vence a Osasuna y acaricia el título liguero
● Un gol de Jordi Alba en el tramo final del encuentro da la victoria ante los navarros a un líder que ya se siente campeón
BARCELONA. El Barça dio ayer un nuevo paso hacia el título de Liga. El conjunto que dirige Xavi se impuso a Osasuna por la mínima en el Camp Nou en un partido marcado por la temprana expulsión de Herrando y en el que fue suficiente un arreón final de los azulgranas para sumar tres nuevos puntos. Jordi Alba desatascó a los culés en los instantes finales con un gol que permite seguir con la quinta marcha metida hacia un alirón que cada vez parece más cercano.
«Cuanto antes seamos campeones, mejor», dijo el técnico del Barça en la rueda de prensa previa al encuentro ante el conjunto rojillo, y su frase resonó en un vestuario que salió con el cuchillo entre los dientes con el objetivo de amilanar a los navarros. El Barça saltó al césped del Camp Nou con el objetivo de echar toda la carne en el asador. Los mismos once futbolistas que barrieron al Betis repitieron este martes en una alineación que el aficionado ya empieza a recitar de memoria y en la que solo falta Dembélé.
El plan era el habitual. Presión en campo contrario tras pérdida, circulación rápida de balón y constantes desbordes desde los costados gracias a la velocidad de Raphinha y Balde. Este último fue precisamente el que generó los primeros acercamientos demostrando que tiene una velocidad punta superior a la media, pero sus centros no encontraron rematador y cuando lo hicieron Pedri no estuvo acertado de cara a portería.
El Barcelona encontró en Balde el arma secreta con el que meter mano a un Osasuna duro como el granito. El equipo de Jagoba Arrasate formó con cinco defensas, con ayudas constantes en la medular y haciendo gala del bloque indestructible que le ha llevado a salvarse antes de lo previsto y a la final de la Copa del Rey. Todo parecía perfecto para ellos, pero en un despiste Pedri ganó la espalda a los centrales y Herrando le agarró antes de que el canario enfilara la portería de Aitor. El joven central, que debutaba en el Camp Nou, vio la roja directa y condenó a su equipo a jugar un partido en inferioridad. No obstante, los navarros aguantaron como jobatos, y solo encajaron gol a falta de cinco minutos para el final.