Heraldo de Aragón

La hospedería del monasterio de Rueda cierra al abandonar la empresa adjudicata­ria su gestión

● Ayozar aduce que arrastra deudas desde el cierre por la pandemia que se han agravado por el alto coste energético ● La clausura de la actividad supone la pérdida de 12 puestos de trabajo

- S. CAMPO

ZARAGOZA. A la tercera no ha ido la vencida para la hospedería del monasterio de Nuestra Señora de Rueda de Sástago. El establecim­iento hostelero y de restauraci­ón, sito en un bien patrimonia­l declarado Monumento Nacional, ha vuelto a cerrar sus puertas a la espera de que el Gobierno aragonés, como propietari­o, vuelva a sacarlo a licitación después de que la empresa adjudicata­ria de la gestión por una década, Ayozar Innovation Group, haya renunciado al contrato cuatro años después aduciendo que «arrastra deudas» desde el cierre de las instalacio­nes por la pandemia que se han visto «agravadas por el alto coste energético», según justificar­on ayer fuentes de esta UTE (unión temporal de empresas), que fue la única que en 2019 se presentó a la explotació­n del histórico recinto.

La clausura de la actividad supone la pérdida de 12 puestos de trabajo para la zona. La hospedería acogió la celebració­n de la pasada fiesta de Nochevieja de 2022 y bajó la persiana tras el desayuno de Año Nuevo para los clientes que pernoctaro­n en el lugar. La plantilla, compuesta mayoritari­amente por profesiona­les de la zona, confiaba en que la hospedería reabriría a principios de abril como habitualme­nte, ya que la temporada solía durar desde este mes hasta finales de año. La sorpresa fue que en lugar de un llamamient­o para reincorpor­arse, ya que tienen contratos fijos discontinu­os, recibieron una convocator­ia para una reunión el pasado 23 de marzo en la que se les anunció un ERE (expediente de regulación de empleo). El pasado 3 de abril ambas partes acudieron al Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) sin llegar a ningún acuerdo por lo que la situación de los empleados va a terminar en la presentaci­ón de demandas judiciales.

Por la hospedería de este monasterio cistercien­se, con una capacidad actual para 120 personas en 32 habitacion­es y cinco especiales y nobles, han pasado ya tres empresas. Primero fue el Grupo Arturo Cantoblanc­o, que estuvo desde 2003 hasta enero de 2014. Pasó a manos del Grupo Manzanas a mitad de 2014 y el Gobierno se volvió a hacer con el control de las instalacio­nes en 2016 tras dos años de abandono. La DGA invirtió más de 10 millones en recuperar el complejo para plantear una tercera licitación que tampoco ha llegado a buen puerto.

«Ha actuado de mala fe»

«La empresa ha actuado de mala fe. Planeaban cerrar desde hace meses y hasta última hora no lo han comunicado a los trabajador­es para alargar la agonía y justificar la declaració­n del concurso de acreedores», criticó Daniel Rodríguez, de acción sindical del MIT (Movimiento Independie­nte de Trabajador­es), organizaci­ón que ha asesorado a los trabajador­es en este proceso. Prueba de ello, apuntó, es que ya a principios de año, según han sabido ahora, empezaron a anular los banquetes que tenían contratado­s.

«Al final no tendrán dinero para pagar las indemnizac­iones, por mínimas que sean, que acabará abonando Fogasa (fondo de garantía salarial)», afirmó Rodríguez. «Durante este tiempo en el que la gente ha confiado en volver a ocupar su puesto ha podido decir que no a alguna otra oportunida­d laboral que ahora le vendría muy bien», lamentó María Badesa, una de las empleadas afectadas.

Por su parte, desde la empresa subrayaron que «hasta última hora» han estado intentando «encontrar una fórmula» para continuar y la problemáti­ca también se trasladó hace un tiempo a Turismo de Aragón antes de tomar la decisión de no continuar. Asimismo, destacaron que dejan las instalacio­nes «en perfectas condicione­s» para que otra empresa entre a operar en ellas.

El contrato de adjudicaci­ón establecía el pago de un canon anual de 15.500 euros por el uso de las instalacio­nes y se preveía la creación de 18 puestos de trabajo en 2019 con el objetivo de alcanzar una plantilla fija de 24 en el año 2023.

Esta misma empresa también dejó recienteme­nte la gestión de la Hospedería Papa Luna de Illueca, propiedad del Ayuntamien­to. En este caso la Corporació­n illuecana autorizó la cesión de la concesión a una empresa familiar hostelera que se hizo cargo de ella en abril.

Obras de eficiencia energética Fuentes del Departamen­to de Turismo de la DGA señalaron que la firma Ayozar les comunicó oficialmen­te en febrero que renunciaba a seguir llevando el hotel y la restauraci­ón «porque no se estaban cumpliendo las expectativ­as de ocupación».

A partir de ahora, el Ejecutivo autonómico tiene intención de acometer trabajos para mejorar la eficiencia energética de la hospedería y volver a sacarla a licitación. Lo que no concretaro­n es en qué consistirá esta actuación, ya que se trata de un monumento protegido y «se está estudiando la manera de hacerlo», ni tampoco el calendario.

Lo que se mantiene contra viento y marea son las visitas patrimonia­les que Turismo de Aragón reanudó en 2018 a este Monumento Nacional y que son un motivo de atracción de visitantes a la zona.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain