Sequía en campaña
El aumento de costes de los productos agrarios o la reducción de cosechas pueden ser la punta del iceberg de lo que se nos viene encima con una sequía como la que estamos sufriendo. Con los embalses vacíos (curiosamente nadie sale ahora criticando los embalses ni los regadíos), el gran problema de verdad que nos puede venir es la falta de abastecimiento de agua para beber en nuestras viviendas, en nuestras ciudades. Una sequía prolongada puede llevarnos a cortes de agua, debiendo optimizar su consumo y racionalizar un bien tan valioso. También podría llegar para la industria, generadora de riqueza y empleo. Esto nos podría llevar a enlazar otra nueva crisis con graves consecuencias. Entonces sabríamos de verdad lo que son las consecuencias de la sequía, ahora solo la miramos de reojo porque la mayoría no sufrimos directamente las consecuencias. La vemos y escuchamos por la tele antes de los deportes sin importancia. Ahora mismo solo es verdaderamente consciente del problema el agricultor que ha sembrado cereal en secano y que no va a recoger un solo grano porque en muchas zonas no se va a cosechar en esta campaña, el agricultor de regadío que teme restricciones de agua en sus dotaciones para sacar adelante sus cosechas, o el ganadero que tiene problemas para dar de beber a sus animales, es decir, del agua depende directamente su economía. Entonces sí que seremos conscientes del problema real que tenemos. Comprobaremos en la campaña electoral si la sequía aparece como uno de los problemas importantes y las propuestas para paliarla. Veremos si se quiere poner medios al problema o silenciarla para mantener el sillón. Necesitamos más soluciones valientes y menos propaganda. José Antonio Adiego Rodríguez LUMPIAQUE (ZARAGOZA)