Ana Obregón quería que Alessandro Lecquio fuera el padre legal de su nieta
El conde rechazó esa posibilidad cuando le fue planteada y no tiene previsto conocer ahora a Ana Sandra
MADRID. El nacimiento de la nieta de Ana Obregón no deja de dar titulares. Lo último, la petición que la actriz hizo a Alessandro Lecquio antes del nacimiento de Ana Sandra para que se convirtiera en el padre legal de la pequeña. Una propuesta que el conde parece que rechazó en cuanto le fue planteada. El colaborador de televisión se ha mostrado distante en todo momento sobre la decisión de Ana de traer al mundo una bebé concebida gracias al semen conservado de su hijo fallecido y, si bien fue conocedor de estas intenciones, tal como él mismo confesó en el ‘Programa de Ana Rosa’, no ha querido tener vinculación alguna.
Es más, ni siquiera tiene intención de conocer a la pequeña cuando se traslade a España. Parece ser que el italiano no comparte la decisión de Ana, aunque ha optado por el silencio para alejarse en todo lo posible del escándalo. Más aun, en medio del lanzamiento del libro que contiene los últimos manuscritos de Aless Lecquio junto a varios capítulos escritos por la propia Ana Obregón contando cómo vivió la enfermedad y pérdida de su hijo, dejó bien clara su postura: «Llevo 25 años casado y con una familia. Es que yo tengo otra familia. Mi vida es otra. Yo no tengo por qué enterarme de la vida de otra gente. Eso es pasado remoto».
Así las cosas, parece que el objetivo de Ana Obregón de que su hija llevara el apellido Lecquio no va a ser posible. Según recabó Informalia, pudo incorporarlo como tercer nombre de la pequeña, siendo Obregón su primer apellido. Parece que, a pesar de los intentos de la intérprete, en ningún caso el conde se planteó unir su nombre al de la recién nacida. Aunque ambos procuren mantener las apariencias, por el deseo expreso de su hijo de que se mantuvieran unidos, el cisma entre ellos parece inevitable.
Mientras tanto, el italiano sigue manteniendo el silencio o con breves comentarios como respuesta, como el que hizo a Cristina Tárrega cuando le preguntó si le apetecía conocer a la niña: «A mí me gustan los míos».
Obregón, por su parte, prefiere exponer su vida privada. El pasado domingo, grabó un emotivo vídeo en el que leía un fragmento del libro ‘El chico de las musarañas’, en el que recoge la última celebración del día de la madre junto a su hijo en Nueva York, donde el joven recibía tratamiento. «Jamás olvidaré ese día. Tenía todas las papeletas para ser el más triste, pero tú lo convertiste en uno de los más felices» porque su hijo se escapó del hotel mientras ella estaba en la ducha para comprarle un ramo de rosas blancas con una nota que rezaba: «Eres la mejor madre del mundo. Te quiero, Aless».