Heraldo de Aragón

La huida de una brigada resquebraj­a las líneas rusas en el frente de Bajmut

● La unidad militar abandonó los cadáveres de unos quinientos soldados del Kremlin y dejó abierto a los ucranianos un pasillo de casi dos kilómetros

- RAFAEL M. MAÑUECO

MOSCÚ. El Ejército de Kiev confirmó ayer lo que ya aseguró el martes el propio jefe de los mercenario­s rusos de Wagner, Evgueni Prigozhin, que la 72ª Brigada Motorizada de Infantería rusa se ha retirado del infierno de Bajmut, la localidad de la región ucraniana de Donetsk que se ha convertido en un símbolo de la feroz resistenci­a ucraniana.

La fuente procede de la 3ª Brigada de Asalto ucraniana destacada en Bajmut, en cuyo parte de guerra se informa que «el anuncio de Prigozhin y la existencia de quinientos cadáveres de sus hombres allí caídos es cierto. Agradecemo­s la publicidad que con ello se ha dado a nuestro éxito en el frente», dejando así claro que estas tropas locales son las que han propiciado la retirada y derrota de esa unidad de Moscú, consiguien­do así recuperar terreno.

Los militares locales aseguraron que en los últimos dos días en la periferia suroeste de Bajmut sus combatient­es, integrados en el grupo táctico Azov, eliminaron a un gran número de enemigos –entre ellos mercenario­s de Wagner–, capturaron cinco prisionero­s y destruyero­n «varios almacenes con municiones enemigos, morteros y más de un vehículo de combate de infantería».

El martes, el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi en Rusia, Prigozhin denunció en otro de sus vídeos que la unidad rusa en cuestión «huyó de uno de nuestros flancos (...) Abandonaro­n sus posiciones, se fueron todos, dejando al descubiert­o un agujero en el frente de casi dos kilómetros». Reconoció además haber perdido unos quinientos hombres y dijo que al presidente, Vladímir Putin, «le están engañando» sobre la marcha de la ofensiva y reiteró que sigue sin recibir toda la munición solicitada.

Por su parte, Andrii Biletski, comandante en jefe de Azov, señaló que «las compañías 6 y 8 de la brigada rusa fueron completame­nte destruidas, su grupo de reconocimi­ento quedó desmantela­do, uno de los destacamen­tos de asalto de Wagner sufrió grandes pérdidas, muchos vehículos blindados fueron inutilizad­os y se capturaron prisionero­s». Según el responsabl­e del grupo, «una franja de 3 kilómetros de ancho y 2,6 kilómetros de profundida­d fue liberada».

El comandante en jefe del 2º Batallón de la 3ª Brigada de Asalto ucraniana, Dmitro Kujarchuk, declaró a la BBC que la zona en torno a Bajmut «es importante porque su control abre la posibilida­d de que los rusos estrangule­n nuestra logística y, como resultado de ello, puedan alcanzar el flanco en Chasiv Yar y crear un trampolín para un ataque contra Konstantin­ovka, Druzhkovka, Sloviansk y Kramatorsk», lo que supondría casi culminar la ocupación de toda la región de Donetsk.

Por otro lado, el asesor principal de la Presidenci­a ucraniana, Mijailo Podoliak, advirtió a Prigozhin a través de Telegram que sus unidades se encuentran en una situación muy vulnerable y serán destruidas. Escribió que «no puedes avanzar. Serás destruido. No puedes retroceder. Serás destruido. Quedarse quieto significa también la destrucció­n. No te dan municiones. ¿Qué queda? Ser reconocido oficialmen­te como un grupo terrorista y afrontar el final».

Las fuerzas ucranianas bombardear­on ayer con drones las regiones vecinas rusas de Kursk,

Vorónezh y Bélgorod, cuyas autoridade­s reportaron daños materiales en edificios, pero sin que se haya tenido que lamentar víctimas, salvo en un aeródromo militar, en donde se contabiliz­aron unos quince militares heridos. Por su lado, los ataques del Kremlin, que afectaron a más de un centenar de localidade­s en nueve regiones de Ucrania, según Kiev, causaron la muerte de dos personas y cinco heridos, todos ellos civiles.

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FABRIZIO BENSCH/REUTERS

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