Un policía mata a tiros a cinco personas cerca de una sinagoga en Túnez
TÚNEZ. La sinagoga de Ghriba, situada en la turística isla tunecina de Djerba, fue el martes objetivo de un trágico atentado. Un miembro de la Guardia Nacional se plantó frente al templo, el más antiguo de este tipo en África, cuando cientos de fieles participaban en el peregrinaje judío anual que acababa esa noche y la emprendió a tiros contra la muchedumbre. En su ataque, antes de que resultara abatido, se llevó por delante la vida de cinco personas e hirió a otras ocho. En 2002, militantes de Al Qaeda asesinaron en el mismo lugar a una veintena de turistas occidentales con un camión bomba.
El atacante llegó en esta ocasión a los alrededores de la sinagoga montado en un quad y enfundado en un chaleco antibalas, según describió el exministro de Turismo de Túnez, René Trabelsi, que había organizado la peregrinación hasta Ghriba. «Escuchamos los disparos y sabíamos que estaba relacionado con un ataque», relató.
Los visitantes trataron de esconderse en las diferentes salas del templo, pero el gendarme ya había logrado asesinar a dos fieles –un francés de 42 años y un israelí-tunecino de 30, que eran primos– y a un oficial de Policía. Otro agente de seguridad fue herido de gravedad y falleció al día siguiente en el hospital. Previamente, el agresor había matado a un compañero en una instalación naval.
«La gente estaba feliz y bailando hasta que escuchamos muchos disparos. Todos huyeron. Había mucho miedo», reconoció Peres Trabelsi, líder de la comunidad judía de Djerba, sobre el atentado. El Gobierno tunecino lo calificó de «incidente con disparos letales», mientras que Francia condenó el «acto atroz» y reiteró su voluntad de continuar su colaboración con el país magrebí para luchar «contra el antisemitismo y contra todas las formas de fanatismo».
La investigación se centra ahora en averiguar los motivos que llevaron a este miembro de la Guardia Nacional a abrir fuego contra la sinagoga y su compañero militar.