Feijóo, obligado a recuperar poder territorial
Aunque en público se muestran cautos, los populares ven opciones reales de ganar en la Comunidad Valenciana, Baleares y La Rioja, al tiempo que confían en triplicar gobiernos en capitales de provincia. Además de conservar Madrid, Málaga y Zaragoza, aspiran a sumar Valencia, Sevilla y Murcia. Nada es seguro, pero todo es posible. «El balón está en el poste», insisten en el equipo de campaña; que el esférico entre o salga, está aún por decidir. Es el caso de Aragón, Extremadura o Castilla-La Mancha, tres de los bastiones socialistas, donde el resultado está muy ajustado. Si Sánchez pierde uno de esos gobiernos, será un triunfo de Alberto Núñez Feijóo, que está obligado a recuperar poder territorial si quiere allanarse el camino hacia la Moncloa.
El dirigente gallego aspira a teñir de azul el mapa autonómico la noche electoral y hará todo
En pausa la pugna con las izquierdas y pelea al PSOE las medidas sociales. Podemos desembarca en campaña dejando en pausa el enfrentamiento cainita con el resto del espacio situado a la izquierda del PSOE que mantiene desde el 2 de abril. Fecha marcada por el lanzamiento de la candidatura de Yolanda Díaz a la Moncloa y que contó con el respaldo de Izquierda Unida, Más País, Compromís y otra quincena de organizaciones, y en la que los morados plantaron a la vicepresidenta al entender que estaba en juego su «posición hegemónica» entre las izquierdas.
Los morados se han ido sacudiendo ese aislamiento –favorecido por el PSOE– a lo largo de la precampaña y ahora encaran los comicios con la sensación de luchar por su supervivencia y la necesidad de darle la vuelta a un marcador que arroja 101 parlamentarios autonómicos perdidos desde 2016. Lo hacen aferrándose a dos bazas: los acuerdos de coalición con IU, más numerosos que nunca y con los que esperan salvar, en
Mantener el aliento ante la debacle que pronostican todas las encuestas. Ciudadanos se agarra al ligero repunte que reflejan algunas encuestas para minimizar el desastre que se les viene encima el 28-M y poder así coger aire de cara a las generales donde se juegan su supervivencia. Los liberales no tiran la toalla y tendrán representantes en ayuntamientos de peso, en todas las capitales de provincia y en las comunidades que abren las urnas. En total, unas 800 listas, menos de la mitad con las que concurrieron en 2019.