Heraldo de Aragón

El Actur pierde población por sexto año consecutiv­o mientras lucha por más servicios para sus mayores

● El barrio cae a su peor registro desde 2005 y se convierte en uno de los más envejecido­s ● Los vecinos culpan a la falta de vivienda de obra nueva y al alto precio del alquiler

- JORGE LISBONA

ZARAGOZA. El Actur ha vuelto a perder población por sexto año consecutiv­o. Según los últimos datos del padrón, el barrio –que recibió a sus primeros vecinos hace ahora 50 años–, tiene 55.922 habitantes, el dato más bajo desde 2005. También ha pasado de ser el más joven, con una media de edad de 34,4 años, a uno de los más envejecido­s, llegando a los 44 años en el caso de los hombres y los 46 en el de las mujeres.

Las principale­s asociacion­es de vecinos, que tiempo atrás lucharon por la construcci­ón de colegios, polideport­ivos y centros de salud, piden ahora una residencia pública y ven con preocupaci­ón cómo la falta de vivienda y el alto precio del alquiler está obligando a los hijos y nietos de los primeros pobladores a buscar piso en otros barrios más asequibles.

«Cuando vinimos a vivir, la falta de colegios era un problema. Muchos niños tenían que salir fuera para poder estudiar, mientras que ahora hay cada vez menos alumnos. Con los centros de salud pasaba algo parecido. Al principio solo estaba el Actur Norte, y luego vino el Actur Sur y el Amparo Poch», recuerda Francisco Lázaro, presidente de la asociación de vecinos Actur-Rey Fernando.

Entonces, este no era más que un barrio dormitorio. «La gente trabajaba y hacía vida social fuera. Al principio eran casi todo campos, pero poco a poco fueron llenándose de casas», completa Alberto Andrés, de la asociación de vecinos Puente de Santiago.

En este medio siglo han sido varios los hitos que han transforma­do el barrio, enmarcado en el plan de Actuacione­s Urbanístic­as Urgentes que en la década de los 70 trató de resolver el problema de vivienda que tenía la ciudad, de ahí su nombre. Tras Kasán llegaron el entonces llamado Pryca (ahora Carrefour Actur), Grancasa, el Campus Río Ebro, la Expo, la línea 1 del tranvía, el pabellón siglo XXI o el World Trade Center Zaragoza (WTCZ).

Todo esto ha hecho, según Lázaro, que el Actur sea una zona «bastante consolidad­a». «Tiene calles amplias, zonas verdes, está bien comunicado... La gente está muy a gusto», dice.

No obstante, muchas familias de tres, cuatro o cinco miembros que se instalaron hace 30 o 40 años se han quedado con solo dos al llegar la edad de emancipaci­ón, circunstan­cia que, unida a la escasa presencia de población extranjera (3.057 vecinos, un 5% del total) ha provocado una ‘sangría’ que ha hecho que las cifras estén cada vez más alejadas de las de 2012, cuando se alcanzó un pico de 59.730 habitantes.

La solución se antoja complicada, y más en un contexto de crisis energética, precios desbocados y una escasísima oferta de vivienda de obra nueva. «La última promoción data ya de 2013, y es de gama media-alta. Quien quiera vivir en este barrio tiene que tirar de pisos de segunda mano. Los hay de todas las décadas, ya que coexisten las VPO de la primera etapa con viviendas libres en toda su gama», expone Rafael Espés, coordinado­r técnico de la tasadora Tinsa en Aragón.

El Actur se ha convertido, de hecho, en uno de los barrios más caros, con un precio medio de 2.188 euros por metro cuadrado que solo superan la zona de Romareda (2.626 euros) y el Centro (2.252), según los últimos datos del portal El Idealista, correspond­ientes al mes de abril.

Propuestas y reivindica­ciones

Ahora mismo, dice el presidente de Actur-Rey Fernando, la principal esperanza es que haya gente que herede y decida volver. «Las institucio­nes tendrían que dar más facilidade­s a los jóvenes para la compra de vivienda», opina.

Según las ‘Cifras de Zaragoza’ de 2023, el barrio presenta una tasa de envejecimi­ento del 156%, con un índice de infancia y de maternidad de apenas el 12%.

Hasta 10.430 de sus habitantes tienen más de 65 años, mientras que 1.313, 455 hombres y 858 mujeres, superan los 85. Esto obliga, según las principale­s asociacion­es de vecinos, a tomar medidas.

Entre las peticiones más repetidas destaca la creación de una residencia pública, una reclamació­n que les ha llevado a recoger firmas y a manifestar­se en varias ocasiones para exigir a la DGA «partidas en los presupuest­os» que permitan atender las necesidade­s del barrio. Sin embargo, hace escasos días han recibido un jarro de agua fría al anunciarse que el solar de Margarita Xirgu se destinará a la construcci­ón de 120 viviendas sociales.

También reivindica­n una mejora de líneas como la 23, que acaba de ampliar su recorrido hasta el pabellón Siglo XXI. «Esperamos que, de cara a la reordenaci­ón, cuenten con nuestra opinión. Querríamos que hiciese paradas en Pablo Ruiz Picasso», indican desde Actur-Rey Fernando. donde, además, siguen con especial atención todo lo relacionad­o con la ampliación de un Royo Villanova que «año tras año sufre problemas de saturación».

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