«Ante una emergencia, los primeros momentos son vitales y cómo actuar es clave para salvar vidas»
Paula Terreu, egresada de Enfermería y del máster en Enfermería de Urgencias, Emergencias y Críticos de la Universidad San Jorge, ha creado My Child, una aplicación de urgencias pediátricas para ayudar a actuar ante una emergencia a todas aquellas personas que tengan a su cargo niños y que se puede descargar en la cuenta de Instagram @mychild_app.
¿Qué pueden encontrar los usuarios?
La aplicación surgió a raíz de mi trabajo fin de máster así que, durante la fase de estudio, detecté las ocho patologías cuya intervención temprana es vital para la supervivencia (atragantamiento, ahogamiento, ataque epiléptico, hipotermia, quemaduras, intoxicación, traumatismos graves y parada cardiaca) y desarrollé protocolos de actuación.
¿Cómo funcionan las explicaciones de cada patología?
Primero, tienes botones directos a los números de emergencia. Después, un cronómetro para contabilizar el tiempo que llevas actuando, ya que es muy importante saberlo y, en una situación así, sueles perder la noción del tiempo. Finalmente encuentras dos protocolos: uno para menores y otro para mayores de dos años, ya que algunas técnicas son diferentes según la edad. Estas instrucciones están tanto en audio, como escritas y con dibujos ilustrativos.
¿Cuál es el fin de la aplicación?
El objetivo es ganar el tiempo que pasa entre que ocurre una emergencia y llegan los servicios sanitarios. En enfermería, los primeros momentos son vitales. No es lo mismo empezar a actuar desde el primer minuto que una hora más tarde y, a veces, depende de dónde te encuentres, la asistencia tardará en llegar. También impartes talleres solidarios. ¿En qué consisten?
Sí, de momento, junto con la Asociación de Prematuros de Aragón, un taller sobre urgencias pediátricas para padres y otro infantil para los niños. Cobro una entrada y el dinero recaudado va para la asociación.
¿Qué te ha aportado el proyecto?
Tanto este proyecto como mi paso por la uci neonatal me han hecho descubrir la necesidad de dedicarme al 100% a los niños. Una de mis supervisoras me aconsejó probar durante un mes y me enamoré del servicio.
¿Qué fue lo que te gustó tanto?
Los pacientes y sus familias son tan agradecidos que sentía la necesidad de cuidar a esos niños que están con un gotero, muy malitos, y aun así siguen siendo niños que quiere jugar y tener una vida normal… Esa inocencia, ver que tienen toda la vida por delante y que realmente mi trabajo sirve me llena muchísimo y me resulta muy gratificante porque empatizo más. Y creo que es muy importante llegar a un servicio que te llene, porque así trabajas mejor, el paciente lo recibe mejor y la familia, también.