El chivo expiatorio para la inflación
Todos sufrimos la inflación, con el aumento del coste de la energía. Y sube también el coste del dinero para frenar la inflación. Una mezcla explosiva ante la que parece que la sociedad está un poco anestesiada. Aunque siempre se encuentra el mismo chivo expiatorio, que nada tiene que ver con la raíz del problema, pero que siempre abre los telediarios creando debate en la opinión pública. Este es el sector agroalimentario, responsable en los medios, día sí y día también, de la subida del coste de la vida por la subida de los alimentos. No interesa contar la verdad, desviando siempre la atención. El precio final de cualquier bien es el resultado de la suma de los costes de toda su cadena de producción, desde su origen hasta su puesta a disposición del consumidor en el mercado de destino, estando este en muchas ocasiones a miles de kilómetros del lugar donde se ha producido. El envasado que tienen los productos agroalimentarios incrementa mucho el coste final, más incluso que el precio que le pagan al agricultor, ya que se prepara bajo unas determinadas condiciones al gusto y demanda del consumidor, que es quien elige, con su impulso de compra, las condiciones en que debe de presentarse en el punto de venta. Somos así de sibaritas. Se deberían fomentar más estructuras potentes de comercialización que hagan más eficientes los costes de toda la cadena alimentaria, desde su origen a destino. Ante la gran sequía que tenemos actualmente nadie se acuerda estos días de la importancia que tienen los regadíos para estabilizar las producciones agrarias, evitando oscilaciones en las producciones debidas a la sequía, por el encarecimiento de los productos según la ley de la oferta y demanda. Si queremos alimentos baratos, necesitamos potenciar los regadíos.
José Antonio Adiego Rodríguez
LUMPIAQUE (ZARAGOZA)