Asunción Gómez-Pérez, experta en IA, ingresa en la Real Academia Española
● Asegura que «en pocos años» las consultas de las máquinas a la institución pueden superar a las de las personas
MADRID. La experta en inteligencia artificial y lenguaje Asunción Gómez-Pérez ingresó ayer en la Real Academia Española con un discurso en el que estableció un decálogo para trabajar con la Inteligencia Artificial y avanzó algunos de los retos y posibles escenarios con esta tecnología, incluyendo que «en pocos años» las consultas de las máquinas a la institución superen a las de las personas.
Gómez-Pérez leyó el discurso ‘Inteligencia artificial y lengua española’ en un acto en el que estuvo presente la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño. En una situación poco habitual, le dió la bienvenida en nombre de la corporación el propio director de la RAE, Santiago Muñoz Machado.
Desde hace más de noventa años no sucedía que un director de la RAE contestara personalmente a un nuevo académico. La última ocasión fue la respuesta de Ramón Menéndez Pidal a Niceto Alcalá-Zamora en 1932. Esta situación solía darse o bien por la inclinación de algunos directores a hacerlo, o por la materia de que se iba a tratar en el discurso, o por la relevancia del personaje que se incorporaba a la RAE.
La propia Academia ha explicado que la decisión del actual director de contestar el discurso de Asunción Gómez-Pérez se debe «a la novedad tan relevante» que supone para la RAE la incorporación de una experta en inteligencia artificial, y la consiguiente utilización para el trabajo académico de una tecnología que «tendrá una incidencia de enorme envergadura en la normativa y el uso de la lengua».
En su discurso, detalló ante los académicos un decálogo de propuestas en torno a la relación de la Inteligencia Artificial con el lenguaje. «Por un lado, mis aportaciones han de ir encaminadas a poner la inteligencia artificial al servicio de la lengua española, pero también a que los materiales de la Academia estén en los formatos de la inteligencia artificial», señaló.
Por ejemplo, una de sus propuestas de ese decálogo ha sido la de la puesta en marcha de una plataforma software para la inteligencia artificial que permita la recuperación y la consulta de los materiales de la RAE e incluso servicios como la verificación ortográfica, léxica, gramatical o de estilo.
«Dentro de unos años, esta plataforma podría contabilizar el número de consultas que realizan los sistemas de inteligencia artificial a los materiales de la Academia sin intervención humana. ¡Quizá no resulte aventurado imaginar que el número de consultas de las máquinas pueda, en pocos años, superar al número de consultas de las personas!», apuntó.
También sugirió la creación de una licencia para controlar la publicación de los materiales lingüísticos, que determinará cuándo se usarían, quién podría hacerlo y para qué se destinarán.