«En investigación todo avanza, si no sigues el ritmo te quedas atrás»
Preside el Comité Español del Día Internacional de la Luz. ¿Por qué es importante este campo?
La ONU y la Unesco declararon el 16 de mayo como Día Internacional de la Luz y de las tecnologías basadas en la luz porque la sociedad desconocía este campo. A través de la óptica, de los láseres, de los sistemas ópticos estamos contribuyendo a avanzar en técnicas como la endoscopia en medicina, la oftalmología, en comunicación con las fibras ópticas, en las cámaras fotográficas...
También en energía…
Claro, las placas fotovoltaicas, el avance en las lámparas... Al final se consigue la mejora del bienestar de la humanidad. Esta iniciativa pretendía concienciar a los jóvenes y traer más talento a carreras de ciencias e ingeniería. ¿Y se está consiguiendo?
No tengo la estadística, pero en lo que respecta a la mitad del talento de la sociedad, que somos las mujeres, no se ha conseguido: sigue siendo un número bajo el de mujeres que estudian ingeniería o física, por ejemplo.
Es toda una referencia mundial en óptica, ¿cuántas tesis ha dirigido?
Veinte tesis doctorales.
Alguno de sus discípulos sacará adelante los retos pendientes para seguir mejorando el bienestar de la humanidad.
No me cabe la menor duda. Quienes he dirigido o sus ‘hijos’ intelectuales. En el grupo que fundé en la Autónoma de Barcelona –que ahora dirige el profesor Juan Campos, también aragonés– están aplicando imágenes de polarización para determinar estructuras de tejidos biológicos vegetales para ver otras cualidades de la imagen, poder distinguir la parte enferma de la planta y poder descartar. Y también distinguir tejidos. Ahora es ‘in vitro’, pero podrá ser ‘in vivo’.
Sorprende que en los años 50 del siglo pasado una joven decidiera salir de Jaca a Zaragoza para hacer una carrera como Física.
En Jaca no había instituto e iba a un colegio religioso, Santa Ana, que nos preparó el Bachillerato. Ya en el preuniversitario vine interna a Zaragoza al colegio Santa Ana. Me gustaban las matemáticas y tuve la suerte de que mis padres no se opusieran. Me incliné por la Física porque tenía más aplicación. ¿Y por qué se decantó por la óptica?
En óptica había un grupo bastante potente dirigido por don Justiniano Casas. Hice la tesis con él, quien luego me animó a hacer un posdoctorado con una beca del British Council e ir a Inglaterra. Era el año 1967-68. Yo me apuntaba a las posibilidades que tenía, creo que eso es importante. ¿Se ha sentido discriminada por ser mujer?
Entonces ni siquiera era consciente, no teníamos referencias de mujeres. Consideraba que si lo hacía un chico, ¿por qué no lo iba a hacer yo? No me echaba atrás.
¿Y en el Reino Unido?
En el grupo que estaba era la única mujer. Bueno, la secretaria y yo (risas). Y viví discriminaciones: en los 90, yo era miembro de la ejecutiva de la Sociedad Europea de Óptica. Tuvimos una reunión en Londres y decidieron hacer una cena en el Ateneo. Solo estábamos de mujeres una polaca y yo. Nos dijeron: «Será cena para que podáis entrar vosotras, porque hasta las 18.30 no pueden entrar mujeres». ¡Fue en los 90, hace nada! No sé si siguen igual. ¿De qué adolece la ciencia en España?
El hecho de que haya decaído la financiación y las becas es preocupante. Tendría que mejorar, porque en investigación todo avanza y si tú no avanzas al mismo ritmo te quedas atrás.
Da nombre al premio de la Sociedad Internacional de Óptica y Fotónica, a una beca del Instituto de Ciencias Fotónicas, a un edificio de Walqa... ¿Que la reconozcan en su tierra es lo que más le gusta, como le pasa a Mateo Valero con la escuela de Alfamén?
Coincido: ¡que me hicieran hija predilecta de Jaca me llegó al alma!
EL PERSONAJE
María Josefa Yzuel (Jaca, 1940), catedrática emérita de Física de la Universidad de Barcelona, participó recientemente en el Ateneo de la EINA